El orgasmo es lo que pasa normalmente cuando se llega a la parte más intensa de la excitación sexual. En un orgasmo, la tensión sexual sube hasta que a su punto más alto y ahí es cuando se libera la presión que se ha acumulado en cuerpo y genitales, por la acumulación sanguínea en esa área.
En cada persona existen manifestaciones diferentes de este evento, pero hay algunas señales físicas que suceden: una de ellas es la sensación muy intensa de placer en los genitales y en todo el cuerpo, los músculos se contraen más o menos 1 vez por segundo, y de unas 5 a 8 veces, el ritmo cardiaco también se acelera al igual que la respiración. Aparece también el rubor sexual en el pecho, cuello y cara.
El orgasmo hace que se liberen endorfinas (las hormonas que nos hacen sentir felices), y por eso puede que después experimentar uno o varios orgasmos, es común que se sienta sueño, relajación y felicidad. Por eso algunas personas tienen orgasmos para aliviar el dolor, el estrés o para ayudarles a dormir.
Cada uno siente los orgasmos de manera distinta, y en la misma persona los orgasmos son diferentes algunos son muy intensos, otros muy suaves, algunos son largos y otros cortos, algunas veces se llega fácil a conseguir y otras requieren más tiempo y esfuerzo, en el caso de las mujeres en especial pueden presentarse de forma única o múltiples. Los orgasmos varían por muchas razones, el nivel de intimidad, la comodidad, el nivel de excitación y la tensión sexual acumulada.
Muchas cosas pueden afectar la capacidad de tener orgasmos, como los niveles hormonales, emociones, experiencias, creencias, estilo de vida, relaciones, salud física o mental, tomar ciertos medicamentos y consumir alcohol o drogas.
Existe actualmente mucha presión al hablar si se consiguió o no el orgasmo, como que este fuera el fin último de un encuentro sexual, pero esto no es verdad, el fin último de la sexualidad es la satisfacción y muchas veces, aunque el orgasmo no aparezca se siente satisfacción, esto es por el nivel de intimidad de la pareja, por tanto, el presionar para conseguir el orgasmo es contraproducente para la relación. No todo el mundo puede llegar al orgasmo. A veces las circunstancias simplemente no ayudan (por ejemplo, sientes nervios, cansancio o distracción, desconfianza, violencia). Algunas personas no pueden tener orgasmos nunca.
Si se tiene dificultades para tener orgasmos y esto genera preocupación, es importante buscar ayuda porque es muy común y existen tratamiento adecuado para esta condición.
Todos los cuerpos son diferentes y no existe una manera “correcta” de llegar a un orgasmo.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.