Ya nos encontramos de nuevo en un proceso de elecciones, en el que se elegirá presidente y vicepresidente, corporaciones municipales, diputados al Congreso de la República y diputados al Parlamento Centroamericano.
Este proceso de elecciones será sui géneris con respecto a procesos anteriores, porque derivado de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, hay fechas y etapas diferentes. La convocatoria a elecciones, ahora se hizo en enero, entre este mes y marzo se llevaran a cabo las inscripciones de los candidatos a los diferentes cargos de elección popular, habrá una campaña electoral de noventa días y el dieciséis de junio será la primera vuelta electoral. En caso de requerirse una segunda vuelta, será mes y medio a dos meses después. Algo interesante, será observar cómo se promueven en este proceso los candidatos, tomando en cuenta que la pauta electoral no la podrán contratar las agrupaciones políticas sino el Tribunal Supremo Electoral y se tomarán en cuenta únicamente aquellos medios de comunicación que se inscribieron para tal efecto. Los diferentes candidatos tendrán espacios equivalentes para promocionarse con los electores, por lo que agrupaciones con recursos limitados y aquellas que tradicionalmente han invertido grandes sumas, se encontrarán en igualdad de condiciones en este proceso. Algo muy importante, habrá mayor control con el financiamiento electoral, porque las organizaciones políticas y sus financistas tienen nuevas obligaciones, como manejar los recursos por medio de cuentas bancarias en todos los lugares donde tengan presencia. En cuanto al manejo de las finanzas, la responsabilidad ya no recae solamente sobre el secretario general, sino también sobre los secretarios departamentales y municipales. Organizaciones como la SAT, Contraloría General de cuentas y Superintendencia de Bandos tendrán un papel importante en cuanto a la plena identificación del origen de los recursos.
Hay otros cambios que se notarán en este proceso electoral, acá solamente mencioné algunos. Probablemente, no son los cambios deseables que impliquen la transformación del sistema político del país, pero, son algunos avances en materia electoral. Para el futuro, probablemente, si nos lo proponemos, podamos elegir directamente a los diputados que consideremos la mejor opción y no por planilla como se hace ahora; eliminar el listado nacional que da privilegios a ciertas personas para aumentar sus probabilidades de ganar curules y perpetuarse en las mismas y, democratizar más las asambleas generales de los partidos políticos. Algo importante, aunque no muy perceptible en el corto o mediano plazo, es llegar a contar con partidos políticos como verdaderas instituciones políticas, no solo con intereses electorales, sino para propiciar cambios sustantivos en la organización política del Estado. Más que ideas son deseos para que las cosas cambien, otros países lo han logrado, nosotros también lo podríamos hacer.
Para alcanzar esos cambios y otros que necesita el país, es esencial que actuemos como verdaderos ciudadanos, ejercitando nuestros derechos y cumpliendo nuestros deberes, que luchemos por eliminar nuestro analfabetismo, particularmente, en el conocimiento de la Constitución Política, Ley Electoral y de Partidos Políticos y el ordenamiento jurídico que regula el funcionamiento de la administración pública, y por supuesto, participar en la política, pero como políticos, no como politicastros o politiqueros que solamente buscan su beneficio personal o el de su partido político, relegando los intereses nacionales y de los ciudadanos a un segundo plano.
Si mejoramos nuestra alfabetización en materia política, podremos minimizar el margen de error a la hora de votar y elegir a nuestros representantes. Con ello, probablemente pasemos a una etapa histórica en la que ya no elijamos en los futuros procesos electorales al peor presidente, al peor alcalde o a los peores diputados, como nos ha sucedido hasta ahora. No podemos seguir así a indefinido, hay que hacer cambios para tener para tener resultados diferentes y mejores decisiones que con anterioridad.
Hace cuatro años la euforia del momento, nos indujo a elegir funcionarios de gobierno central y local, así como diputados, que ahora se les ha catalogado como los peores de la historia. En este proceso electoral, no es mucho lo que cambiará, pero, nosotros los electores podemos ser más sensatos y cautos, para ir evaluando desde ahora a los diferentes candidatos que vayan inscribiéndose para la presidencia y alcaldías, evaluar las planillas que resulten mejor conformadas para elegir diputados. Ello por supuesto, requiere que dediquemos un poco de tiempo para examinar currículos y propuestas de trabajo, es nuestro deber ciudadano si queremos ver algunos cambios en el próximo período de gobierno. Hagámoslo, porque nuestro país en general lo necesita y en particular nuestros municipios
Administrador público, economista, politólogo, abogado y notario, y profesor universitario.