Ayer se celebró, un año más, el tan anhelado “día del niño”. Muchos padres llevaron obsequios a sus hijos, otros los llevaron a un restaurante de comida rápida a comprar algún antojo de los chiquillos, todo en la ciudad parece muy bonito. Colas de carros en las calles cercanas a los negocios de comida rápida, pero esto es solo una cortina de humo. Escasamente en las principales ciudades, 4 de cada 10 niños recibieron un obsequio, los otros 6, a duras penas tuvieron alimento en la mesa. Estos datos son más dramáticos en las áreas alejadas de las cabeceras departamentales.
Antes de la pandemia, la pobreza alcanzó cifras de miedo, 59% de pobreza, siendo este un promedio, porque hay municipios en donde esta alcanza hasta el 90%. Al finalizar el 2020, los números se estima alcanzaran hasta un 65% de pobreza. El país ha perdido, según FUNDESA, 1.5 millones de empleos. Estas dos variables afectan directamente a los chicos en edades, desde 0, y hasta 18 años, de diferentes formas. Primero violencia en el hogar, por la desesperación de los padres, luego abandono escolar, posteriormente trabajo infantil, y finalmente, en el peor de los casos, caen en garras de las maras o el crimen organizado.
El futuro de los niños de hoy se ve seriamente afectado por la pobreza y la desnutrición. La falta de condiciones mínimas para el estudio, condena a los menores a un nivel educativo bajo, el que a duras penas llegaran a finalizar el ciclo básico, mucho menos el diversificado y ni soñar con la universidad. La falta de alimento afecta la capacidad cognitiva de los menores, no es que no la tengan, no se desarrolló adecuadamente su cerebro, por falta de nutrientes. Esto hace que el país lo que pueda ofrecer al mundo, (en palabras del expresidente Jimmy Morales) sea “Mano de Obra Barata”, la que no está calificada.
Para el 2030 lo que Guatemala le ofrece a los niños es una deuda, que deben pagar con el trabajo que realicen y los impuestos que satisfagan al fisco. Un niño hoy de 8 años, lleno de sueños e ilusiones tendrá la opción de trabajar en tres empresas, cada una a tiempo parcial de 4 horas, o sea 12 diaria, por un salario de hambre, o bien migrara a Estados Unidos, en donde, con una política de no migrantes, cierra fronteras, para poder explotar más a nuestros hermanos guatemaltecos.
El actual gobierno no tiene la más mínima idea de cómo crear condiciones para ofrecer mejores condiciones de vida a la población en general, mucho menos a los niños, lo único que ha hecho es endeudarlos. Según el Ministerio de Finanzas Publicas, al cierre del 2020, la deuda publica alcanzara un porcentaje del 25.8%, o sea Q175 mil millones de quetzales. Cada niño hoy debe, sin saberlo Q10 mil, sin haber recibido absolutamente nada del Estado, sobre todo el menor de 5 años.
Además de la deuda los niños guatemaltecos sufren otros flagelos, como el abuzo sexual, 7 de cada 10 niñas menores de 14 años, que han dado a luz a un niño, fueron violadas por un familiar cercano. Esto deja secuelas en las niñas y en los hijos de estas. La pornografía infantil, ahora en redes sociales tiene más adeptos y constituye otra fuente de ingresos para el crimen, sin dejar de lado que esto al final lleva a la trata de personas.
El secuestro de niños para comercializar con sus órganos, es otra amenaza para los infantes. El abandono de sus padres, los obliga a buscar refugio en las maras. El panorama hoy es desalentador para la niñez guatemalteca.
El problema de la niñez hoy, afectara a la juventud del futuro y traerá consecuencias irreparables para la sociedad. Sólo queda la esperanza de que en 2023, se elija responsablemente a un líder que cambie los destinos de nuestros niños y jóvenes, de lo contrario, como un bumerán el daño regresara a usted y su familia.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.