No fue tan mala la última vez, no son tan devastadoras como parecen estos desastres, así dicen mucho, pero puede parecer impensable que alguien pueda ponerse voluntariamente en riesgo cuando se trata de desastres naturales, especialmente cuando tenemos tanta información que nos ayuda a prepararnos adecuadamente. Tal vez no sea sorprendente que la gente en diferentes regiones de nuestro país tuviera diferentes preocupaciones cuando se trata de desastres: parece que la preocupación por un desastre no significa necesariamente que un hogar se esté preparando para ello. Podríamos decir que simplemente con ver a un Estado ineficiente en las áreas de educación, salud, Infraestructura realmente no estamos preparados para un desastre natural.
Cuando preguntó a mis alrededores qué medidas de emergencia tienen implementadas, varias personas contestan como de película que optan de tener pistolas o armas de fuego listas en caso de una emergencia, sea cual sea, mientras que una persona simplemente me dijo “Dios tiene el control”.
Con el reciente aterrizaje de fuego que supuestamente se originó cerca de Escuintla y terminó haciendo muchísimo daño al Volcán de Agua, hay gente que todavía está tranquila, viviendo sus vidas y otras que entran en pánico y las redes sociales se han visto inundadas de publicaciones continuas sobre el montón de desastres que están ocurriendo a nuestro alrededor. Nosotros los guatemaltecos, algunos no podemos mantener la calma y afrontar la situación. Esta no es la primera vez que se produce un caos cuando un desastre natural azota a Guatemala. La pregunta sigue siendo: ¿Guatemala está equipada para hacer frente a desastres naturales? Los datos y la inutilidad de gobiernos corruptos apuntan al no.
Muchas personas no pueden permitirse un plan de emergencia para ellas o sus pertenencias. Un poco más de la mitad de los guatemaltecos podría afirmar, con solo ver su statu quo, que no tienen dinero en efectivo ahorrado para emergencias ni seguro en caso de un evento catastrófico. En los días posteriores a un desastre natural, los alimentos a menudo se acaban en las tiendas de comestibles o los artículos escasean. Los alimentos no perecederos suelen ser los primeros en desaparecer, como la sopa, el ramen y los alimentos procesados. Otros alimentos todavía se agotan en las tiendas de comestibles de todo el país, ya que la gente entra en pánico porque los artículos se agotan. Solo recordemos todos esos “idiotas” que compraron un chingo de papel toilette durante Covid 19. Las compras masivas perjudican a todos en el proceso. Esto podría resolverse si más chapines actuaran y se prepararan, en lugar de entrar en pánico y comprar todo en el último momento. Las personas podrían fácilmente podrían evitar tanto daño a sí mismas, a sus familias y a sus objetos, con preparación y calma. El gobierno también podría ayudar antes y después de los desastres naturales, pero como siempre “brilla por su ausencia”, las organizaciones sin fines de lucro, bomberos o los voluntarios son pocos, pero al final “ayudan” a las víctimas de los desastres.
Algo por lo que la gente puede luchar para mantener a raya los desastres naturales es compartir los efectos del cambio climático. El cambio climático no ha sido la razón de los desastres, pero los está empeorando mucho en caso de que ocurran. Cuanto más calor hace, más y más agua se evapora a la atmósfera. Las tormentas se forman a partir del vapor de agua en el aire. Esto hace que los desastres naturales sean mucho más fuertes de lo que hubieran sido originalmente. También aumenta la velocidad de los vientos y crea un mayor impacto hacia la tierra. Con esta información científica, la urgencia de solucionar el cambio climático debería aumentar. La gente necesita actuar, pero al final realmente nos pela, no sembramos árboles y simplemente el gobierno se encarga de solo “robar”. Los desastres naturales no harán más que empeorar y está en juego el peligro de todas las vidas que lo habitan.
Una de las principales razones por las que los desastres naturales son terribles y ponen más en peligro la vida que nunca es porque nadie está preparado. Si alguien vive en una zona con posibles desastres naturales, una inversión en un sótano será de ayuda. Si la gente vive a lo largo de la costa y sabe que constantemente hay huracanes, tsunami, inundaciones, terremotos, deberían invertir en una casa que no esté justo al lado del agua o colocarla sobre cimientos altos. En Guatemala con más de 1,150 edificios en todo el país y casas, algunas son “resistentes a los temblores”. Los desastres naturales son inevitables y están obligados a ocurrir; el daño depende de la preparación de las personas involucradas. La gente siempre tendrá dos opciones: ser reactiva o proactiva.