En 2014, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social y el Instituto Nacional de Estadística (INE), con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), analizó las variables presentadas en la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2014 y realizó el informe sobre trabajo infantil en Guatemala de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2014.
Es bastante triste ver en éste informe una realidad que no se puede negar, que en Guatemala si existen niños trabajando, en la gráfica 56, refleja que el 55.3% de los niños, niñas y adolescentes ocupados, no reciben remuneración y trabajan en empresas familiares, el 21.1% son asalariados como jornaleros o peones, el 17.1% como empleados en empresas privadas, el 3.3% como empleado domestico y el resto como trabajador por cuenta propia.
En Guatemala el Art. 131 del Código de Trabajo establece que a partir de los 14 años una persona adolescente puede trabajar siempre que cuente con el permiso de los padres o tutores, en 1996 Guatemala sanciona y promulga el Convenio núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo, adoptado en la 58ª Reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, la que fija la edad para trabajar no inferior a la edad en que cesa la obligación escolar o, a los 15 años, antes de esa edad se considera trabajo infantil, en 2001 entra en vigor el Convenio 182, que define las peores formas de trabajo infantil, así se han ratificado varios convenios internacionales en materia de trabajo infantil.
Es decir, si existe obligación del Estado de Guatemala para erradicar el trabajo infantil ya que ha ratificado su compromiso a nivel internacional, pero a nivel nacional parece haber pasado desapercibido, una muestra de ello es la forma tan pasiva como el Ministerio de Trabajo ha tomado la reciente problemática que se dio alrededor del documental en donde se da a conocer la contratación de niños en fincas que proveen a dos grandes marcas mundiales de café, algunos sectores han calificado la denuncia como una estrategia de mercado para que no se le compre al sector cafetalero de Guatemala.
Todos sabemos en Guatemala que esto es un problema que si se da, no solo en las fincas de café, también en los ingenios, en las maquilas, en las tortillerías, en las tiendas, etc., y no se explota laboralmente solo a los niños, también a mujeres y hombres en su mayoría indígenas, pagándoles por debajo del salario mínimo y en malas condiciones de salud e higiene. Existen muchos casos documentados en donde los trabajadores de los ingenios terminan a temprana edad con serios daños en sus riñones porque trabajan largas jornadas sin descanso y para aguantarlas los capataces les ofrecen bebidas energizantes, lo cual por supuesto que los hace no tener sueño para trabajar 18 horas al día, pero también destroza su organismo. Esto también es importante y urgente que lo supervise el Ministerio de Trabajo porque esas condiciones trabajan niños, mujeres y jóvenes que aparte de explotados laboralmente, están mal alimentados y son encaminados a trágicas enfermedades que no podrán costear porque ni siquiera están inscritos al IGSS.