Hace unos días circuló en varios medios de comunicación la noticia del fallecimiento de 3 niños que se intoxicaron por consumir hongos venenosos en un poblado de Comitancillo, San Marcos; al respecto el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social emitió “una alerta” para que la población tenga “cuidado” y antes de consumir distinga los hongos venenosos de los comestibles.
El problema no se resuelve emitiendo alertas para comer hongos, el problema es más profundo, ya que en este caso los niños fallecidos y su familia viven en condiciones de extrema pobreza, en una comunidad en donde no tienen vivienda digna, ni agua potable y muchos menos servicios de educación o salud.
Según la versión de la familia los padres salen al campo para conseguir el sustento familiar y, los niños se quedaron en casa, al sentir hambre salieron a buscar que comer y recolectaron hongos y sin saber que eran venenosos los cocinaron y consumieron desencadenando una tragedia.
En el presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado para el año 2022 existen bastantes millones de quetzales destinados a instancias gubernamentales cuyo objetivo es disminuir el porcentaje de pobreza y pobreza extrema especialmente en áreas rurales, así como asignaciones presupuestarias para combatir la desnutrición infantil, mejorar la cobertura educativa y la salud infantil y programas de planificación familiar.
En caso como el de los niños intoxicados, caben las preguntas, ¿En dónde está la ayuda para estas familias? ¿Por qué existe ausencia de Estado en estas poblaciones que más lo necesitan?; no hay presencia de instituciones gubernamentales en esos lugares, es más no sabemos si los niños tenían todas sus vacunas, si tenían talla y peso de acuerdo a su edad o estaban desnutridos, si iban a la escuela o ni siquiera estaban inscritos en el presente ciclo escolar.
Estas comunidades son importantes cada 4 años cuando representan votos y se les atrae con regalos, pero, en la realidad los gobernantes no tienen voluntad política de sacarlos adelante, porque si lo hacen se acaba la gallinita de los huevos de oro ya que al brindarles educación no podrán manipularlos fácilmente con un regalito, una bolsa de víveres o una cancioncita para captar el voto.
Algunas personas responsabilizan a los padres por tener varios hijos sin prever el sustento adecuado; sin embargo no se les provee de programas de educación y de planificación familiar en el idioma materno, está tragedia no es la única y a diario en éstas comunidades olvidadas incluso por los gobiernos locales mueren niños y adultos por otras causas como dar a luz, infecciones intestinales o respiratorias que a nadie le importan, es más a las élites económicas les conviene una reproducción desmedida de la población que más adelante se convertirá en mano de obra barata. Por ello cada funcionario que tenga en sus manos la oportunidad de mejorar la calidad de vida de alguna persona debe hacerlo ya que, si toma fondos públicos para si, se convierte en cómplice de la corrupción.