Según el banco mundial, casi la mitad de población migrante son mujeres, número que ha ido en aumento en los últimos 20 años, situación que es muy importante porque tiene los mismos efectos económicos que la migración masculina, envían remesas.
Sin embargo las mujeres que han decidió irse del país, aun choca con las condiciones culturales del papel de madre y reciben calificativos como “ingratas” porque dejaron a sus hijos, sin conocer el contexto que las hizo irse en la mayoría de los casos fue el económico y la violencia intrafamiliar que son dos aspectos muy importantes a considerar.
Existe la OIM organización internacional para las migraciones de la ONU, quien maneja algunos datos estadísticos donde reportan pobreza, desempleo o las expectativas de acceso a mayores beneficios en el país de destino como los principales motivos de migración femenina, sin embargo existen otras causas no económicas como: discriminación, reunificación familiar en el país de destino, causas criminales, entre ellas inseguridad, corrupción o delincuencia organizada.
A nivel mundial en la población migrante un 49% son mujeres, pero a nivel de América Latina un 51% son mujeres, esto nos evidencia que hay hoy más mujeres que hombres migrantes. La mujer sufre situaciones de violencia, trata y tráfico de personas, secuestros, abusos y discriminación en el viaje hacia el país de destino. Encontrando con mucha frecuencia mujeres que durante el viaje fueron infectadas con enfermedades de transmisión sexual, están con un embarazo no planificado, traumas sexuales, secundario a que fueron víctimas de abuso sexual, porque se “asume” que parte del pago que una mujer da para ser llevada por los “coyotes o polleros” es su cuerpo.
En 1970 la mujer representaba únicamente el 2% de la migración a nivel mundial, la migración femenina fue vista como sinónimo de mejor calidad de vida, sin embargo no todo es positivo en el país de destino, pero se ha visto que la mujer tiene una mayor capacidad de mantener y generar relaciones positivas en todo tipo de contexto y han logrado su objetivo.
Recordar que cada ser humano tiene una historia diferente que lo hace plantearse ser un migrante, que la mayoría de mujeres que son migrantes han dejado familia especialmente hijos en el país de origen, que van con un sentimiento profundo de tristeza y de esperanza de tener una calidad de vida mejor.
Por eso es importante tratar de considerar dos factores importantes cuando se plantee la migración como una solución a la forma de vida que la mujer lleva en su país de origen: los riesgos en el proceso de viaje, la soledad y añoranza de lo que se dejó en su país de origen, la forma en que se vivirá en el país de origen con el temor de ser deportado.
Habiendo considerado esto, la mujer y migración juega un papel importante en la economía de nuestro país.
“Un migrante tiene que mirar hacia el futuro dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance” Isabel Allende.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.