Blanquitas, morenitas, flaquitas, rellenitas, algunas altas otras bajitas, eso sí con chispeante mirada. De la vida todas enamoradas.
¡Las conozco!
No son frágiles, están hechas de hierro, no tienen cinco sentidos, poseen más de seis, esconden detrás de una coraza un corazón gigantesco abarrotado de amor.
Son inquebrantables, eternas enamoradas del amor, creadoras de vida, cincelan sueños, siempre con un plan B por si fallará el A o el C; con más de una respuesta pueden derrumbarse y naufragar en la más profunda tristeza, pero resurgen de los escombros y azotes de fuertes tormentas. Embelesadas de felicidad las he visto reír a carcajadas…
¡Es verdad las conozco!
Hija, abuela, mamá, hermana, amiga o compañera así son nombradas.
Puede ser que en el espejo veas en el reflejo a la mujer bonita de mi exposición, puede ser que al igual que yo concluyas: ¡Las mujeres bonitas son reales y son seres excepcionales!
Ellas solo requieren amor, comprensión, lealtad y respeto.
¿Que si son frágiles? No, son de hierro.
En la antesala a conmemorar el Día Internacional de la mujer, a mi madre, hijas, hermanas, amigas y bellas damas, veneración y admiración.