La comunidad católica de Guatemala se congratula con el nombramiento que realizó el Papa Francisco, de Monseñor Álvaro Ramazzini como Cardenal, en una entrevista reciente concedida a un medio de comunicación él indicó que dentro de su labor apostólica está el de ser la voz de los que no pueden hacerse escuchar. En la historia de Guatemala solamente ha habido tres cardenales incluyendo el nombramiento de Monseñor Ramazzini.
Monseñor Ramazzini es doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma y ha sido profesor y rector del seminario mayor nacional de Guatemala, además se ha caracterizado por su humildad, objetividad y compromiso con los más desposeídos como mensajero de Cristo, ha estado por más de veinte años a cargo del departamento de San Marcos y actualmente es obispo en la diócesis de Huehuetenango, también ha sido miembro de la Conferencia Episcopal de Guatemala que es una institución permanente de la Iglesia católica, cuya asamblea está compuesta por los obispos que ejercen sus funciones pastorales en Guatemala.
Monseñor, se ha caracterizado por trabajar muy de cerca del pueblo, especialmente de los más necesitados, ha trabajado por la recuperación de tierras para campesinos, ha colaborado con los inicios de la fundación de la casa del migrante, ha sido defensor de los recursos naturales y los derechos humanos, así como mediador en conflictos de poblaciones con algunos sectores económicos especialmente las minerías y empresas del sector eléctrico, lo cual le ha valido que lo tomen como enemigo, hasta el punto de sufrir hasta amenazas de muerte.
Su postura contra la pobreza, defensa a la naturaleza y su opción por los migrantes y la desigualdad e injusticia le han ocasionado críticas y opositores en los círculos políticos del país, ahora con su nombramiento como Cardenal, se convierte en un asesor directo del Papa para que lo ayude y apoye a tomar decisiones conjuntamente con los demás cardenales.
El nombramiento del nuevo cardenal viene a nosotros en momentos de conflictividad en donde la sociedad guatemalteca se encuentra bastante polarizada debido a los problemas estructurales que se han hecho más evidentes con el pasar de los años, pero también es una oportunidad para que los fieles católicos nos unamos y tomemos nuestro papel como agentes de cambio y desarrollo sea cual sea el entorno en el que estemos y seguir el ejemplo de ser “la voz de los que no se pueden escuchar”.
La sociedad ha evolucionado pero también se ha convertido en una sociedad asediada por el crimen organizado, la corrupción y la injusticia en donde queda poco tiempo y deseo de pensar en el bienestar común; pero, el ejemplo de Monseñor Ramazzini nos lleva a reflexionar y nos demuestra que siempre hay algo que hacer desde el espacio en el que nos desenvolvamos y que todos estamos llamados a construir una mejor sociedad basada en el dialogo, tal y como él lo ha dicho en entrevistas públicas “Que tanto obispos, como sacerdotes, como personas de la vida consagrada, de verdad estemos en medio del pueblo. Que vivamos sus alegrías, que compartamos sus sufrimientos”