Cuida el presente, porque en él vivirás el resto de tu vida.
Por estar pensando en el futuro nos perdemos la vida, que es ahora. El ahora es la eternidad. Si vivimos en el pasado, como el pasado está muerto, entonces estamos muertos. Si vivimos en el futuro, como tampoco está vivo, entonces tampoco estamos vivos. La mente se mueve entre el pasado y el futuro buscando peligros. La mente quiere que sobrevivamos, no que seamos felices, que estemos en armonía con las personas, la naturaleza y las cosas.
Tenemos miedo a pasarla mal en el futuro, o lo contrario, a no pasarla bien. Ese temor nos roba nuestro presente. Tememos que nos vamos a enfermar, a que nos vamos a quedar sin trabajo, sin dinero, a perder las pertenencias, a la pareja, a los amigos. Nuestra mente está constantemente intentando prevenir el perder, ver venir las amenazas y atacar cuando lo considere necesario.
Tenemos miedo a ser despreciados, criticados, marginados, maltratados, y por eso trabajamos duro, para acumular aprobaciones de los demás, reputación, posición. Tratando de dejar un gran margen entre el desprecio y nosotros.
Tememos a ser ignorados, que se den cuenta que no somos tan inteligentes como aparentamos, tan valiosos como hemos proclamado, tan pilas como han ellos imaginado. Y por mantener el status hacemos esfuerzos que nos roban la salud en el presente. Algunas personas llegan a experimentar ataques de pánico, con algo que solo está en su imaginación.
Ese temor hace que nos aferremos a las cosas, a las personas, a las circunstancias. Nos hace coleccionistas obsesivos, celosos, compulsivos, agresivos. Hace que queramos asegurar lo que no se puede asegurar. Lo paradójico es que por querer no perder algo, a veces hacemos que se pierda.
Pero apunte usted los temores que tenga en el futuro, si gusta en un plazo de un año. Luego verifique cuantos se cumplieron, observará que son pocos. Y los que se dieron se dará cuenta que logró salir adelante. También observe la dimensión de incomodad padecida y compárela con lo que había imaginado. La realidad es más benevolente que la realidad mental, porque la mente está diseñada para pensar mal. Es muy buena para muchas cosas, pero aquí nos afecta. Por lo tanto, dese cuenta de esta tendencia natural y contrólela poniendo atención plena a su espacio presente, a las personas, a la naturaleza, a la circunstancia actual. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Tu miedo termina, cuando tu mente se da cuenta de que es ella, la que crea ese miedo”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo