Durante el proceso escolar que viví, tuve durante mi formación grandes maestros que me ayudaron a crecer, que creían en mí, muchos me impulsaron a participar en concursos de declamación y lo mejor de todo tuve una gran maestra en casa (mi madre) que siempre estuvo pendiente de mi formación, me ayudaba a aprender y entonar los poemas, muchas veces en primaria los nervios me atacaban profundamente antes de declamar en un escenario, lo que me llenaba después de satisfacción, hubieron maestros también que me enseñaron a hacer las cosas lo mejor que se pudiera, sin embargo tuve la dicha en la vida de toparme con maestros que me dejaron ser, que no me encasillaron en un dogma o en una educación rígida, veían algo en que en ese momento yo no podía entender, uno de ellos me dijo: Tu eres como una mariposa que si se te encierra el pensamiento, mueres, debes volar…me decía.
Un maestro marca la vida de un alumno, algunos recordamos al “peor” que quizá en algunos casos era el mas estricto, aquel que todos temblábamos al ver, aquel que daba su clase en un silencio casi mortal y recordamos al maestro “buena onda” el que bromeaba, al que le teníamos confianza porque era una persona muy divertida, aquel que también cubría una que otra vez una falta que tuviéramos en la tarea o en la conducta, aquel que llenaba sus clases de risas, bromas de un ambiente tan agradable que todos queríamos regresar a clase.
También muchos recordamos a el maestro que marco nuestra vida, quizá con un gesto, con una frase, con una conversación, con un reconocimiento, con una experiencia de vida compartida, en mi vida tuve maestros así, algunos los recuerdo tan vívidamente como que hoy estuviera yo entrando en la clase que daban.
Los maestros se encuentran todo el tiempo en la vida de un ser humano, el maestro que enseña en las escuelas, en las universidades, pero también encontramos maestros a nuestro alrededor, pues todos los seres humanos de una manera u otra nos convertimos en maestros porque enseñamos de alguna forma a otro ser humano a vivir.
Es importante reconocer la labor de los maestros, muchos dan todo lo que tienen a sus alumnos, cuando no llevan refacción los niños, les dan, si no llevan dinero les dan, viven muy de cerca las problemáticas familiares de los niños, saben cuando un niño no es feliz, muchos maestros inclusive son la primera fuente de información de casos de abuso sexual, abuso físico o violencia psicológica cuando un niño lo demuestra con conductas de dolor.
Es importante convertirnos en maestros en este mundo, porque enseñar es un arte que nos hace como humanidad continuar en sociedades en las cuales podemos sobrevivir, reconocer a los maestros que nos han dado mas que la enseñanza pedagógica es importante, porque muchas veces se nos olvida agradecer lo recibido.
A los maestros que he tenido y que tengo en la vida: GRACIAS por enseñarme a ser mucho de lo que hoy soy.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.