El día de ayer se leía en los noticieros el conflicto que se daba entre la municipalidad y vendedores ambulantes que se quieren colocar en los alrededores del parque municipal y la Iglesia Catedral Metropolitana. Este conflicto es solo la manifestación de la falta de orden en la ciudad ya que como hemos visto se han permitido las ventas informales en cualquier sector de la ciudad, ni siquiera se clasifican o separan las ventas de comida.
El origen de la Semana Santa para el Cristianismo se originó para recordar la pasión y muerte de Jesucristo, y cada religión tiene distinta manera y tradición para de conmemorar de acuerdo con sus tradiciones y creencias. En ese marco de ideas no se vale que la municipalidad aprovecha para autorizar la instalación de cualquier tipo de ventas.
Algunos de estos comercios informales son parte de las tradiciones y fomentan el turismo como por ejemplo: las ventas de roscas, bocadillos, atoles, garnachas, o artesanías entre otros; pero en cambio, otros solamente son ventas informales de otros sectores que se trasladan a las iglesias como por ejemplo las ventas de ropa, discos de música, artículos plásticos, trastos, o ropa interior entre otros, convirtiéndolos en meros mercaderes que se aprovechan de la Semana Santa.
Los comercios no relacionados con el turismo o la Semana Mayor no cuidan ni modulan sus equipos de sonido, y lo peor de todo es que en las celebraciones religiosas que se llevan a cabo dentro de la iglesia se escuchan a todo volumen canciones de reguetón, o gritos ofreciendo ropa o cualquier otro artículo.
En ese sentido la municipalidad no ha velado por la correcta utilización de los espacios públicos, es más propicia la invasión porque lo único que le interesa es cobrar el piso de plaza a los vendedores que se instalan en las calles y avenidas, es decir, a más vendedores mas cobros por concepto de ingresos propios.
Una muestra de ello es que el domingo de ramos se estaba cobrando piso de plaza a los vendedores de ramos que se instalaron fuera de la iglesia, realmente esto es inaudito porque las personas que venden los ramitos no ganan mayor cosa y no tienen gran capital como los vendedores de otros artículos que hasta cuentan ya con infraestructura formal para instalarse en las calles.
Realmente el problema de fondo es que no existe autoridad para poner orden en las calles y avenidas que cada vez están mas invadidas por ventas informales, por ejemplo, el lunes recién pasado en la avenida las Américas una ambulancia necesitaba pasar hacia el Hospital Regional de Occidente y simplemente ningún vehículo se podía mover porque los laterales de ambos carriles están invadidos por ventas de comida que no permiten que en caso de una emergencia se puedan hacer a un lado, además tampoco permiten la libre locomoción de peatones, es necesario ya ordenar la ciudad y poner un alto a la invasión de calles y avenidas.