Hoy, si hoy, 18 de enero, la máxima autoridad electoral del país –disculpen, con el presidente déspota que hay en Guatemala, autoridad ya no hay, Jimmy es el títere de la cúpula militar, empresarial, politiqueros y algunos extranjeros advenedizos, asumieron la autoridad máxima-, el Tribunal Supremo Electoral de acuerdo a la ley, convocará a elecciones generales, es decir, para elegir presidente, vicepresidente, diputados, alcaldes y corporaciones municipales.
Sin embargo, eso no quiere decir que los políticos –corruptos, casi la mayoría-, puedan empezar a publicitar, ofrecer el oro y el moro, o sea, hacer propaganda. La Ley, aún no lo permite. Una cosa es convocatoria a elecciones y otra cosa es propaganda. La propaganda, debe y tiene que iniciarse hasta el 18 de marzo, pero, como están las cosas en Guatemala, -el que manda es el corrupto-, percibo que dicha prohibición les importará un comino a los políticos pícaros.
Así como está el menú político hasta el día de hoy, para los que aún soñamos por un país mejor, no hay o casi no hay opción para que eso se llegue a dar, a menos que el día 17 de marzo –último día para inscribir candidatos- aparezca una persona con verdadera vocación de servir y no servirse, dispuesta a no dejarse manipular por las elites criminales que han “gobernado” el país desde siempre.
Es de suma tristeza y desesperanza, ver y oír a los actuales candidatos a ocupar la silla presidencial y sus respectivos vehículos electorales, aunque a decir verdad, si una persona que dijo no ser corrupta ni ladrona y luego se le encontró robando con las manos entre la masa –recibiendo 50 mil quetzales de sobre sueldo y le miente a todo mundo- sigue gobernando sin problema alguno, pues, cualquiera quisiera ser presidente.
Para los que ya tenemos algunos años de vida, ver a Pablo Duarte como candidato a presidente, nos hace recordar su soberbia, intolerancia, desfachatez, recuerdo una vez, cuando las cámaras de televisión le enfocaron en su curul, con un arma de fuego ofensivo en la mano, en pocas palabras, igual o peor que Estuardo Galdámez o Felipe Alejos. Inició su carrera corrupta en el FGR, luego se traslado al PAN, UNIONISTA y por último en CREO. Fue tanto su cinismo que siempre decía que era Doctor, sin embargo, era mecánico dental; -Pablo Duarte, ¿por qué menospreciar una profesión digna?-. El “vehículo” electoral que lo está conduciendo a tan ansiado lugar –Palacio Nacional- se llama Unionista, propiedad de Avaro Arzú, sin duda, en el testamento de Arzú –papá- está escrito su deseo, que Arzú –hijo, otro retoño de la corrupción- siga administrando la finca. Es corresponsable de la privatización de TELGUA e INDE. Según él –Duarte- durante 20 años como diputado, nunca se le tachó como corrupto, y que la lucha contra la corrupción, se puede hacer solito. Además, dice estar preocupado por la corriente ideológica extranjera sobre homosexualidad, aborto, la no lectura de la biblia en las casas y escuelas, etc. Por supuesto, pueden combatir la corrupción a su modo y solitos, entre corruptos, tapándose con la misma chamarra, cooptando el MP, CSJ, PGN, CC, entre otros. La biblia, no solo se lee, hay que interpretarla y sobre todo vivirla, ahí tenemos el caso de Jimmy Morales, que recita la biblia, pero lleva una vida deshonesta, y corrupta, le miente con todo descaro al pueblo que Dios le dio que gobernara. –Tercer informe de gobierno-
Estimados lectores, en pocas líneas, esa es la hoja de vida del que quiere ser presidente de Guatemala.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.