¡Mirá lo que me mando!… frase con la que muchos adolescentes, jóvenes y adultos inician una conversación, luego sigue una pausa y expresiones llenas de risa, de burla o de sorpresa, refiriéndonos específicamente a mensajes, que pueden ir desde una frase escrita, hasta imágenes explícitas de contenido sexual.
También me ha tocado escuchar muchas veces: ¡no se cómo fui capaz de confiar en que no lo mostraría a los demás, que ingenua fui!, todo sucede porque muchas veces somos víctimas de seducción, una de tipo desleal, muchas parejas son capaces de prometer cosas que no tienen la intención de cumplir, solo por obtener algún mensaje sexual de nuestra parte.
En idioma Ingles es llamado sexting, y se ha convertido en una forma de comunicación muy común entre la población, que si se utiliza con fines de “mantener viva la llama de la pasión entre una pareja” puede ser de gran utilidad, pero en la mayoría de conversaciones sexuales los mensajes que se envían o se reciben, sirven como una herramienta posterior para hacer daño, evidenciando que la persona que envió el mensaje no tomo conciencia de los riesgos que conlleva el enviar este tipo de contenido.
Investigadores de la universidad de Michigan en el año del 2017, hicieron un estudio sobre práctica del sexting en 3,447 hombres y mujeres y llegaron a la conclusión de que hoy en día es una conducta sexualmente arriesgada, pero se ha convertido en una parte habitual del cortejo entre las parejas.
Frecuentemente el sexting se realiza de forma íntima entre dos personas, pero puede pasar a otros usuarios cuando esta intimidad no se respeta, es considerada una práctica sexual, que desarrolla deseo, excitación, en algunos casos orgasmo y resolución cuando se acompaña de autoerotismo (masturbación).
Es entonces importante tomar en cuenta que si vamos a practicar sexting, al mandar imágenes explicitas tratar de no mostrar rostro o alguna seña particular, no se debe mostrar o escribir algo que uno no desee, aunque se nos pida, para que después no sean mal usadas para chantaje sexual o ciberacoso.
El sexting es un juego erótico, pero puede convertirse en un verdadero drama si no analizamos los riegos en que incurrimos al confiar en la persona que recibe nuestra información.
“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única manera”. AlbertEinstein.
Experta en sexualidad, derechos sexuales y reproductivos. Médica General, con especialidad en Ginecología y Obstetricia. Tiene una Maestría en Sexualidad Humana.