Ocho meses han transcurrido desde que, el Concejo Municipal, tomó posesión del cargo al frente de la Municipalidad de Quetzaltenango. A pesar del corto tiempo que tiene el desempeño de los titulares, ya la inconformidad que se percibe en la sociedad, es evidente y no sin razón: en poco o casi en nada, se diferencia de la administración anterior en cuanto a resultados se refiere. En abono a esta percepción, se tiene el resultado de una consulta publicada por el periódico digital LA VOZ DE XELA en donde el Alcalde tiene una calificación de seis por ciento, o sea que, solo seis de cada cien personas, aprueban su gestión; a esto, ya nos referimos en uno de nuestros anteriores artículos. En el presente, además de otros aspectos que también señalaremos, tomamos como referencia la noticia aparecida en el periódico Nuestro Diario, en la página 2 de la Sección de Xela, del l9 de agosto del año en curso. Los entre comilla dos, son de la fuente.
Ni lentos, ni perezosos, los miembros del Concejo aprobaron, “por unanimidad, sesionar dos veces al día de lunes a viernes, que al final suman diez juntas cuando anteriormente solo realizaban siete a la semana.” Si asociamos esta duplicación con los resultados de su gestión, que están a la vista, la única explicación que encontramos, es suponer que, cobrar más dietas, es la razón. Esto, a pesar de declaraciones atribuidas, al Alcalde que, según la fuente, “llega a presionar más las finanzas municipales que han sido afectadas en estos cinco meses que lleva la pandemia en el país, de lo cual el jefe edil tanto se ha quejado.” Los miembros del Concejo, cada quien, cobra una dieta de seis cientos noventa y seis quetzales (Q. 696.oo), por sesión.
“Por ejemplo, en julio celebraron 46 reuniones, lo que significa que cada uno al final recibió un pago de Q32,016 por los 15 suman un total de Q480,240.00 que debieron desembolsar las arcas municipales.” La pregunta, que la sociedad se hace, es: ¿corresponden los resultados de la gestión a estos ingresos?; en los resultados, está la respuesta. La deficiencia en los servicios municipales, sigue presente y lo poco o nada que han hecho y hacen para enfrentar la pandemia, son algo de tantas otras que se podrían agregar. Esto y mucho más, confirman los inconvenientes de llegar al poder, por medio del voto comprado.
En buen castellano, un sueldo (dietas en este caso) de Q, 32,000. oo o más si siguen aumentando las sesiones, es más que decoroso; ya devengan lo mismo o hasta más que los diputados que, por cierto, también, dejan mucho que desear. Es un ingreso más que decoroso; es un ingreso que permite y supone especular, nunca soñaron. ¿Dónde están los resultados concretos de tanta sesión y dónde encontramos la mejora de los servicios municipales? Sería deseable que la sociedad, sepa y conozca cual es el desempeño concreto de cada concejal, además de asistir a tantas sesiones. La sociedad, y todos los vecinos de Quetzaltenango, tenemos la obligación y el derecho de conocerlo pues es la sociedad y el vecindario de Quetzaltenango, quienes pagan y desembolsan, con sus impuestos, lo que, con dudosos resultados, devengan los concejales.
Según la fuente y declaraciones del Alcalde, justifica duplicar las sesiones por día, diciendo que han sacado “infinidad de solicitudes de expedientes que estaban acumulados, todavía tenemos 350 que no hemos podido sacar.” Lo que pasa es que siguen con el mismo error que heredaron de la pasada administración para justificar lo injustificable: discutir en Concejo, problemas y solicitudes menores que cada concejal, según su encomienda, debe resolver y solo trasladar al Concejo, las de mayor trascendencia. La justificación, entonces, demuestra que se están desempeñando mal y, tácitamente, es reconocimiento implícito de la incapacidad y el desconocimiento de los principios elementales de la administración municipal.
Con lo que los integrantes del Concejo perciben, es más que suficiente para que se desempeñen con tiempo completo para el cumplimiento de lo que a cada quien corresponda; no hacerlo, también puede ser un signo inequívoco de intencional tolerancia y presumible corrupción. Frente a esta realidad, según la fuente y cuanto se podría agregar o agregaremos en futuras entregas, el Alcalde concluye su declaración diciendo: “Es una dieta que tienen que tener, ya que todos están en sus condiciones trabajando.” En cuanto a que “están trabajando”, esta declaración, se antoja interpretarla como una broma o un chiste de mal gusto. Es de película: aquí, el fin, no justifica los medios. El correr de los días, meses o lo que duren en el cargo, dará la razón a quien la tenga. AL TIEMPO.
Soy un profesional comprometido con la transparencia, la crítica y la propuesta, e identificado con los problemas sociales; los intereses y necesidades de los de a pie. / lufesaldy@hotmail.com