El director o gerente en una institución pública es un profesional empleado por el Estado que hace su trabajo a través de otros servidores públicos. A través de su liderazgo debe obtener la cooperación, participación y dedicación de su personal, sin comprometer recursos económicos, puestos, favoritismos o actos de corrupción que los atraigan.
Como lo ilustra Fernando Duque “el trabajo del director se compara con el de un director de orquesta, quien debe entrenar a los miembros de la orquesta, este director no toca ningún instrumento en particular, solamente su batuta para señalar cuándo y cómo cada músico debe tocar su sección de la partitura, y no consulta a cada músico si le gusta o no su forma de dirigir”
En los hospitales que dirige el MSPAS, existen muy buenos profesionales dignos de respeto y admiración que han entregado su conocimiento y vida por la salud de los guatemaltecos especialmente en tiempos de pandemia. Pero, también hay muchos profesionales que solo han aprovechado el puesto para hacer su cartera de clientes y atenderlos en sus clínicas privadas.
En el hospital temporal de Cefemerq, se tuvo la oportunidad de empezar de cero con una administración eficiente, transparente y alejada de la vieja escuela, sin embargo, se desaprovechó y en menos de dos años algunos miembros del personal están demostrando que aprendieron las malas prácticas que están incrustadas en las instituciones públicas.
Esta semana el nuevo director de dicho hospital empezó a ordenar y cambio el rol de turnos del personal que atiende pacientes, pero, se topó con la estructura anterior, que se opone. No les estaba preguntando si estaban bien o no con los horarios que tienen actualmente, les estaban dando a elegir entre dos nuevos horarios, pero respondieron con amenaza de renunciar.
Están contratados bajo el renglón de servicios médicos, en el contrato se establece que la atención a los pacientes será según las necesidades institucionales “no personales, ni a conveniencia para que vayan a otro hospital a trabajar”; también contempla que se puede rescindir; y en caso de incumplimiento el contratista puede ejecutar las fianzas correspondientes.
El conflicto llegó al punto de “ponerse de acuerdo” con la presencia de abogados y departamento de RRHH del HRO, lo que demuestra la resistencia al cambio que existe no solo en ese hospital sino en todas las instituciones Estatales, ahora están inconformes por los horarios, mañana por el parqueo, luego por cualquier cosa; todo esto como consecuencia del compadrazgo que existió con la administración anterior.
Éstas malas prácticas son negativas para la administración pública, un ejemplo es el magisterio en el MINEDUC, cuyas demandas son tan caras que prefieren negociar un pacto colectivo en secreto. Cualquier empleado público sea del estrato social que sea, debe cumplir con honestidad y ética el manejo de fondos públicos, pero sobre todo debe asumir las consecuencias de sus malas acciones; lo más oportuno es que si no se sienten cómodos pueden renunciar para no afectarse ni afectar a la institución.