El 2 de agosto de 2021 el Fondo Monetario Internacional -FMI- creo una emisión de reserva internacional de 456,000 millones de Derechos Especiales de Giro, su vigencia inicio el 23 de Agosto. El gobierno guatemalteco hasta hoy no ha anunciado que los fondos para el país ya le fueron liberados. Comparado con lo que reciben los países desarrollados es una bicoca, para el tamaño de nuestra economía son algunos miles de millones de quetzales. Guatemala recibió 594 millones de dólares, el equivalente a Q4 mil 455 millones de quetzales, más o menos un 30% del presupuesto del Ministerio de Salud Pública.
Los Derechos Especiales de Girón son activos de reserva internacional creados en 1969 por el FMI. El valor de unidad de cuenta se basa en el dólar estadounidense, el yen japonés, la libra esterlina, el euro y el renminbi chino. Se usa para potenciar las reservas internacionales, acceder a más financiación, incrementar la inversión extranjera y contribuir a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. El país tiene una moneda estable, suficientes reservas monetarias, gracias a las remesas familiares que van en incremento. Sin embargo lo recibido viene a ser un respiro para las arcas nacionales y lo fundamental es que se puede usar para la construcción, equipamiento, compra de medicamentos y vacunas, a un costo sumamente bajo, 0.05%, el que pagará si lo usa, de no usarlo, estará como activo en la contabilidad del Estado.
Llama la atención que el Presidente Giammattei aún no informe sobre este ingreso de recursos, no ha realizado su acostumbrada conferencia de prensa como en otros caso, cuando una empresa nacional le dona Q7 millones. La razón del silencio puede ser porque no es conveniente tener dinero disponible, el negocio es colocar deuda, especialmente si esta es en el sistema financiero nacional.
El país tiene una deuda interna de Q107 mil 743 millones, equivalente al 57% del total. Esa cantidad de dinero está colocada en bonos a una tasa de interés del 7%, mientras que la deuda externa no sobrepasa el 3%. Entre el 2019 y 2020 se incrementó la deuda en un 20.25%, porcentaje interanual más alto de los últimos 10 años. En 2021, calladita la boca se ha subido en un 5.65%, siempre en colocación.
El sistema financiero nacional, la banca, sus instituciones en el país y fuera de él, son los grandes beneficiados. Imaginen las diferencias, por un pequeño ahorro, a lo sumo en promedio le pagan a los cuentahabientes el 1%, el Estado guatemalteco les paga a ellos el 7%, sin más nada. El negocio se redondea, cuando de los mismos intereses que la banca le cobra al país, esta se los vuelve a prestar.
Aún y cuando las calificadoras de riesgo país indican que se tiene un margen para adquirir deuda, basados en que a la fecha la deuda país equivale al 31.6% del Producto Interno Bruto, no están considerando otras variables, especialmente el ingreso.
Para verificar si una empresa tiene liquidez para obtener un crédito se evalúan los ingresos. Si hacemos lo mismo con las arcas nacionales, nuestro país no seria apto para continuar aumentando la deuda. En materia de impuestos solo se recauda anualmente un 31% de la deuda declarada, sin considerar la deuda que se tiene con el Banco de Guatemala y el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.
Con los indicadores favorables reportados por el gobierno, entre otros, crecimiento económico de cerca de un 4%, cumplimiento de metas tributarias en 2020 y muy cerca de cumplir las de 2021, no se requiere más deuda. Sobre todo porque esta inyección de recursos hecha por el FMI es suficiente para cubrir las necesidades financieras generadas por la pandemia del COVID 19, todo esto si no existiera CORRUPCIÓN.
Los actores de la sociedad civil deben estar atentos a la fiscalización de estos fondos recibidos, los cuales, según el FMI, pueden ser utilizados en lo que los gobiernos decidan, basado en su voluntad soberana.
Profesor universitario, académico, profesional de las Ciencias Económicas.