De acuerdo al comunicado de prensa No. 155 de fecha 25 de septiembre de 2020, del Ministerio de Finanzas Públicas, se nos “avisó” que, de acuerdo al proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado 2021, se planificó 1 mil 999 obras que serían ejecutadas por los CODEDES y se destinarían para tales obras un monto máximo de pre inversión e inversión de 2 mil 401 millones 900 mil quetzales.
Como indiqué en mi artículo anterior, al final el techo presupuestario fue de 2 mil 698 millones 811 mil 391 quetzales, es decir, mayor a lo indicado en el comunicado de prensa No. 155.
La región VI donde está San Marcos, Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, Retalhuleu y Suchitepequez, es la segunda región que más obras presupuestó -690- sin embargo, a la fecha –según CODET/PORTAL, solamente San Marcos, Sololá y Retalhuleu, han logrado desembolsos y ejecuciones avanzadas de los fondos recibidos, resaltando Sololá donde ha recibido el 82% de lo asignado y de esto ha ejecutado el 94%, también Retalhuleu, ha logrado recibir el 75% de lo que le corresponde y de esto ha ejecutado el 75%, aplausos y respetos para estos Consejos de Desarrollo Departamental.
Reitero, el CODEDE de Totonicapán ha dejado mucho que desear –no lo digo yo, lo dicen los números y los números son fríos-, únicamente ha logrado recibir el 56% y de éstos únicamente ha ejecutado el 40.96%. Como anoté la semana pasada, de 1 quetzal, únicamente ha recibido 56 centavos y de estos 56 centavos, solo ha ejecutado 41 centavos. En otras palabras, el CODEDE de Totonicapán no solo, no logra que se le desembolsen los fondos, sino, no puede o no quiere ejecutar lo que se le está dando; a todo esto, viene la pregunta del millón, ¿qué está pasando realmente o existe algún plan –de esos con olor a corrupción- para realizar obras a diestra y siniestra el otro año, cuando empiecen las maquinarias electoreras –partidos políticos- a alegrarnos los oídos con sus elecciones disfrazadas de “fiesta democrática”?
Definitivamente es imperativo que la población a través de las organizaciones que realmente nos representan, pregunten, indaguen y exijan explicaciones reales, veraces sobre esa baja ejecución presupuestaria, es legal y moral que nos indiquen, cuántas obras de las 690 presupuestadas para la región a la cual pertenecemos, están a favor de Totonicapán y cuál es el estado de esas obras. Insisto, esta práctica de Auditoría Social, debe empezar a prevalecer en todo el aparato estatal y así evitaremos en lo posible, salir a bloquear carreteras con nuestras famosas pero desgastadas manifestaciones. Quetzaltenango, es otro gran perdedor de recursos económicos destinados para su CODEDE, apenas ha recibido el 49% de lo destinado para ellos, sin embargo, de lo recibido solo ha ejecutado el 51%; para ser la segunda ciudad en importancia del país, los integrantes del CODEDE, tendrían que estar con las barbas en remojo ante semejante pobreza ejecutoria.
En relación al presupuesto de ingresos y egresos del Estado para el año 2022, como es de nuestro conocimiento, el gobierno piensa gastar la suma de 103 mil 992 millones 467 mil quetzales, y como siempre, el 82% de ese monto, irá a gastos de FUNCIONAMIENTO, es decir, salarios, viáticos, comida, viajes, etc., y el 18% para INVERSIÓN, en ese sentido, retomemos el tema de los CODEDES, es decir, el presupuesto que el ejecutivo le da a estas importantes instituciones, importantes para ellos –los políticos- porque son el brazo económico y clientelar para lograr beneficios personales. Veamos los números; los fondos provienen de aporte Fonpetrol, IVA PAZ y aporte extraordinario, los tres rubros suman 2 mil 975 millones 366 mil quetzales, es decir, un ligero aumento del 12% en relación al año 2021, sin embargo, vale la pena reflexionar sí así como está estructurado actualmente el sistema de Consejos de Desarrollo es eficiente y eficaz para mejorar el índice de desarrollo humano de la población más vulnerable del país, o por el contrario, seguirán creando más burocracia y nuevas personas ricas por medio de la corrupción y el clientelismo político, es decir, los Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, una utopía.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.