Por lo general, “lo normal es lo que hace la mayoría” (Villanueva , Eberhardt y Nejamkis 2013). Antes del Covid-19 la mayoría de personas tenía costumbres propias en cada área de la vida: en los deportes, en los restaurantes, en las iglesias, en el transporte, entre otras. Pero eso que era normal, ahora pasará a ser una página más en el libro de la historia de la humanidad.
Este pequeño virus ha venido a cambiarnos el chip, y nos está haciendo ver que los humanos somos vulnerables y que debemos aprender a protegernos, integrando en nuestro diario vivir, hábitos nuevos de convivencia humana. Lo que era normal, ahora ya no lo es.
Según la RAE (2020) lo normal es lo habitual, lo ordinario, lo que sirve de norma o regla, lo que se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano. ¿Qué es lo normal que usted hacía antes del Coronavirus? En eso “normal u ordinario” no existía el uso de la mascarilla, de gel y el distanciamiento social. Era normal saludar de beso, abrazar a la gente que amamos, asistir a los estadios, salir a bailar a las discotecas, asistir a su grupo de trabajo, etc., pero ¿ahora?
En tan pocos tiempo la humanidad ha sido zarandeada a diestra y siniestra por este virus. Los golpes han sido variados. Los golpes económicos de este virus han sido fuertes, y todos estamos sufriendo las consecuencias en carne propia. A nivel espiritual, parece que desde el principio no se pensó en la manera cómo satisfacer esas necesidades espirituales de quienes creemos en un Ser Supremo. A nivel laboral, miles de personas han sido despedidas de su trabajo y ahora no tienen los medios para cubrir sus necesidades básicas.
Muchos nos preguntamos ¿Cuándo volveremos a la normalidad? Mi respuesta es que nuca, porque la vida jamás volverá a ser la misma después del Coronavirus. Este pequeño virus hizo que los humanos se volvieran a sí mismos, ha obligado a las personas a que descubran un terreno que jamás había sido explorado. En ese terreno inexplorado los humanos hemos descubierto nuestros propios demonios, pero también hemos descubierto que somos grandes y que tenemos la habilidad para sobreponernos a las peores crisis jamás vividas.
Ahora se está hablando mucho de una “nueva normalidad”. Esto significa que tendremos que adquirir nuevos hábitos de vida. Esta nueva normalidad significa que tenemos que aprender a convivir con el virus. Y así como se tiene que aprender a convivir con el Coronavirus, así también se tiene que aprender a vivir con la pareja, con los hijos, con los compañeros de trabajo y con los compañeros de grupo. Ahora hay que adaptarse a una nueva normalidad en nuestro diario vivir.
Esta “nueva normalidad” requiere desde ya, que usted comience a levantarse temprano, como si tuviera que ir a trabajar a la empresa. Tiene que cambiarse, arreglarse y no pasar en pijama todo el santo día. Los niños tiene que acostarse y levantarse temprano; si bien es cierto que no están yendo a la escuela, pero sí tienen que recibir clases, hacer y enviar tareas.
No perdamos el tiempo creyendo que muy pronto volveremos a la normalidad. Ningún escenario volverá a hacer el mismo. Por lo tanto, pongámonos las pilas e iniciemos, poco a poco, a hacer de esta “nueva normalidad”, un hábito. Dios les bendiga.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.