El remordimiento, no le hace una mejor persona, le empeora».
Venimos de una educación tradicional que utilizaba la culpa como correctivo. Entre más dolor emocional se infringía, mejor se pensaba que era el correctivo. Con esa falsa idea de que, entre más amarga la medicina, mejor… las familias, la escuela, la iglesia, la milicia… abusaron y controlaron.
Sin embargo, aún se sigue haciendo. Sembrar culpa en el alma de los niños y niñas, jóvenes y señoritas es un acto cruel, perverso, malvado, aunque se haga con buena intención. También algunos dirigentes usan el remordimiento como una forma de venganza y para mantener superioridad.
Una persona con culpas en su corazón es manipulable, títereteable. Da poca resistencia cuando se le quitan sus derechos, sus oportunidades y sus dignidades. Por pensar que se merecen un castigo, aceptan fácilmente las injusticias. Podemos ver a predicadores que la base de todos sus discursos es la humillación, y así consiguen fieles muy fieles, que le brindan mucho dinero. Esto es violencia psicológica sutil mezclada con estafa.
Los sentimientos de culpa pueden ser tan grandes que llega a trastornar a la persona. Algunas se entregan al perfeccionismo por evitar volverse a equivocar, pero ahora lo generalizan en todo. Otros se autocastigan con ayunos y renuncias tratando de sentir un poco de paz. Hay quienes se entregan a un trastorno obsesivo compulsivo, en donde intentan sentir alivio con rituales de limpieza, de comprobación, de corrección.
Hay otros que viven con ansiedad, intentando disminuirla con plegarias y bendiciones. Y hasta hay quienes que llegan a la psicosis como resultado de la suma de, injusticia + culpa + huida. Usted reconozca sus errores, sea responsable, resarza lo que pueda, pero no se sienta mal.
Ahora que lo sabe bien, defiéndase enérgicamente ante cualquiera que quiera infringirle culpa, dígale que eso es violencia, que usted no se dejará manipular. Trabaje fuertemente para eliminar una o a una esas penas, hasta dejar de ser un alma en pena. Reciba terapia si considera que necesita ayuda para salir, hasta remover todas esas espinas, y luego se transformará en un ser distinto, con excelente calidad de vida. Le dejo la siguiente frase para que reflexione, “solo existe el perdón cuando te das cuenta que no hay nada que perdonar”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo