Los guatemaltecos estamos cansados de tantas malas noticias que suceden en nuestro país. La corrupción en varias instituciones del Estado no para, el Gobierno sigue endeudando a los guatemaltecos, un Ministerio Público que parece que se está empecinando en perseguir a los buenos jueces y fiscales, etc. La violencia y delincuencia sigue su curso, y tantas otras situaciones que generan una especie de depresión social.
Ante este panorama sombrío, la selección de fútbol Sub-20 nos ha dado un pequeño respiro, al haberse clasificado para el mundial de Indonesia 2023 tras haber vencido a México, uno de los gigantes de la CONCACAF. Creo nadie apostaba nada por estos patojos que comenzaron perdiendo con el Salvador de una manera aparatosa.
El recién pasado jueves en la noche, la mayoría de los guatemaltecos y quienes disfrutamos del fútbol, fuimos testigos de ese pase al Mundial de Indonesia. Por algunas horas olvidamos todos los problemas que tiene Guatemala y centramos nuestra atención en el triunfo de la azul y blanco ante su similar de México.
Por los múltiples fracasos que Guatemala ha tenido en los deportes, muchos guatemaltecos ya somos muy escépticos ante competiciones como la actual, pero estos jóvenes menores de 20 años, nos han dado una lección de seguridad y autoestima personal y grupal; pues han demostrado, que querer es poder. El éxito o fracaso en cualquier ámbito de la vida, comienza en la mente. Cuando se cree en lo que se emprende, se logra ese sueño; cuando se cree en el fracaso, se logra fracasar.
Ojalá no hubiera tanta corrupción, para poderle dar seguimientos a estos muchachos que han puesto en Guatemala en boca de comentaristas y deportistas internacionales. Los guatemaltecos sí podemos trabajar cada día para lograr nuestros sueños; pero tenemos que creérnoslo. A veces queremos tener éxito de la noche a la mañana. No caemos en la cuenta de que el verdadero éxito es lento y se trabaja y construye paso a paso. En más de alguna ocasión hay que sufrir persecuciones y humillaciones para poder ver realizados nuestros sueños.
Confío que la baja estima de muchos guatemaltecos vaya mejorando cada día más. Espero que la depresión social que algunos experimentamos por el modo de proceder de nuestras autoridades, vaya mejorando poco a poco. Tenemos que exigirles a nuestras autoridades, para que cumplan lo prometido y trabajen por el bien común, pero “a Dios rogando y con el mazo dando”; es decir, no podemos quedarnos solo en el plano de “quejones crónicos”, sino que cada uno debe de desprogramarse para ponerse a trabajar de manera creativa y así alcanzar sus propios sueños.
Que esta buena noticia de la selección Sub-20 de fútbol sea una oportunidad para que todos nos esforcemos cada día por construir paso a paso nuestros propios sueños. Todos queremos vivir en un mejor país, en donde todos tengamos más y mejores oportunidades de trabajo, educación y salud.
La vida es como el fútbol, algunas veces se gana, otras veces se pierde y otras se empata. Hay críticas constructivas y destructivas. Cuando perdamos, levantémonos del suelo y sigamos con la frente en alto, creyendo en nosotros y por supuesto, creyendo en que hay un Dios que siempre nos motiva para no bajarnos de la cruz.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.