Recientemente vi una película con un nombre similar al título de este espacio, misma que me hizo reflexionar respecto a los sucesos que ocurren en el transcurso de nuestra vida y cómo, con el paso del tiempo y que, sin planearlo la mayor parte, van sucediendo cosas que cuando vemos para atrás, jamás imaginamos que podrían pasar.
En otros espacios hemos compartido respecto a la importancia que tienen las decisiones que tomamos, y cómo estas tienen evidentemente impacto en todo lo que hacemos, pero además de las consecuencias a lo que resolvemos, hay sucesos que se presentan sin que los esperemos.
Una vez leí que si a nuestra vida llegan personas fabulosas y nos suceden cosas buenas, no debemos sorprendernos, el escrito aseveraba que quizá es porque nos lo merecemos. Personalmente no creo en el karma, ni en la buena ni la mala suerte, estoy firmemente convencida de que lo que cosechamos es fruto de lo que antes hayamos sembrado.
La vida va dando vueltas, y desde allí recogemos lo que colocamos como siembra, si actuamos mal, con arrogancia o afectando a otros, es muy probable que la vida nos vuelva a poner delante de esas personas, y allí nos dará una lección, que, si no aprendemos a la primera, seguramente nos la volverá a pasar. De igual manera, todo lo que sembramos en positivo, sin duda regresará en esas vueltas como bendiciones para nuestra vida. Muchas veces al realizar una actividad, hablar con una persona o ayudar a alguien más nos podemos conectar, y esto nos lleva a otra experiencia, que podríamos haber estado anhelando, es como si todo se fuera conectando y llevando a eso que buscamos.
Ocurre también que desde las malas experiencias nos suceden cosas fabulosas, si salimos de la queja. Desde la queja y el resentimiento, seguro que no obtendremos el resurgimiento de las bendiciones, pero si somos capaces de agradecer hasta lo malo que nos pase, nos vamos a quedar con lo bueno siempre.
La experiencia me ha enseñado que la vida da muchas vueltas. La mía, como la de muchos, ha tenido toda clase de giros, y algunos totalmente inesperados. Sin embargo, al mirarlos en retrospectiva, muchos de los más dolorosos resultaron con el tiempo oportunidades de crecimiento, y aquí estoy, escribiendo sobre ellos.
He aprendido a aceptar que todo gira y todo cambia, siempre. Hoy soy capaz de planificar y anticiparme a escenarios futuros. Estoy mejor preparada y, por ende, soy más optimista a todo nivel. Por eso me apena encontrar personas que actúan como si no hubiera mañana, como si su posición de poder, estatus o dinero los volvieran inmunes a las vueltas no esperadas de la vida, incapaces de imaginar una realidad donde no tuvieran esa supuesta superioridad; y cometen errores que luego les pasan la factura.
Es lamentable también ver personas que hablan mal de sus exjefes, anteriores empresas, colegas o amigos, sin pensar siquiera que con esa actitud están dañando sus propias reputaciones y también su futuro. Todo se sabe siempre, y luego podemos terminar necesitando a los mismos a quienes pudimos dañar con nuestros comentarios.
La vida da vueltas para todos, todo acto, toda acción, todo comportamiento siempre va a tener consecuencias en la vida, solo que en ocasiones esas consecuencias no son inmediatas, sino que ocurren al pasar el tiempo, pero inevitablemente llegan.
En la vida nada está escrito, y lo único que realmente tenemos seguro es la muerte, por tal razón, el dicho “la vida da muchas vueltas”, es tan cierto como la vida que tenemos y lo volátil que puede llegar a ser. Solo me resta concluir que la vida va girando al igual que nuestro planeta, siempre nos rencontraremos con las consecuencias de lo que hacemos, por lo que nada mejor que ir desde el amor, desde el perdón, no hacerle daño a nadie, respetar al prójimo en caso de que no haya compatibilidad suficiente para amarlo. Además, debemos aprender a aceptar el fluir de la vida, todo tiene su tiempo y lo que nos corresponde llegará en su momento, sin angustias y sin estrés.
Mercadóloga especialista en Gestión de Proyectos. Capacitadora, motivadora, estratega y analista empresarial.