Entre más realista, más salud mental.
“Si las aceptas, las cosas son como son; si no las aceptas, las cosas son como son”. Por querer solucionar inmediatamente, por querer ahorrar esfuerzo, entonces no evolucionamos. El negar la realidad, no hace que la realidad cambie. Si vamos por la calle y hay un agujero enfrente y decimos: “no existe, no existe, no existe”, entonces obtendremos un somatón para que despertemos de la ilusión.
Para que la realidad cambie, hay que pagar un precio, y muchas veces es el trabajo duro, pero por pereza queremos hacer magia. La magia es para los haraganes. Intentamos engañarnos y engañar a otros, pensando que con astucia se consiguen cosas materiales, pero tarde o temprano la realidad sale a luz.
Hay una realidad objetiva y otra subjetiva. La objetiva es la física, que podemos palpar con los sentidos, y la subjetiva es la emocional, que consiste en ideas, sentimientos, recuerdos, aprendizajes. Mucha de esa realidad subjetiva es irracional, que consiste en que no corresponde con la realidad objetiva, no tiene razón.
Cuando esta realidad subjetiva es infuncional o inapropiada, entonces se experimentan emociones desagradables como rechazo, culpa y vergüenza… que hacen caer en ciclo vicioso que es difícil salir. Pero si las cosas son como son, y la realidad subjetiva es como es. El negarla, resistirse o impacientarse es doloroso y contraproducente.
Es mejor aceptar la realidad tal como es, mirarla con bondad, sin intentar cambiarla, ser amable con ella, enfrentarla con cariño, tomarse esto a la ligera… y entonces así será más tratable y más razonable. El apego o rechazo a la realidad genera el ciclo vicioso. Dejar que fluya, que se presente y se marche sola, genera el ciclo virtuoso. Es como dejar correr el agua de un río, o como dejar que sople el viento, o como permitir que transcurra una melodía sin detenerla en una nota.
La resistencia hace que no progresemos. El primer paso para la mejora continua es la aceptación de lo que hay… y de lo que hay que hacer.
Pero si vamos a aceptar lo desagradable de la realidad objetiva y lo obscuro de nuestra realidad subjetiva, entonces también aceptemos los agradable, bondadoso y positivo. Así seremos realistas. Nos daremos cuenta que es mayor el área clara que la oscura. Quizás un 80% de bueno y un 20% de malo. Y como diría Facundo: “El bien es mayoría, pero no se nota, porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, existen miles de caricias que construyen”. Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “Míra, acepta, ama y actúa”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo