El 2019 culminó con una noticia trágica para los guatemaltecos, ya que, en la madrugada del 21 de diciembre, colisionaron un bus pulman y un tráiler que transporta productos bananeros dejando un saldo de más de una veintena de fallecidos y varios heridos. Sin embargo, al día de hoy ninguna de las autoridades que tienen responsabilidad han tomado cartas en el asunto para que ésta historia no se vuelva a repetir, únicamente queda la soledad y la tristeza en las familias de las víctimas de éste fatal accidente.
Es lamentable que a cada poco escuchemos noticias como la que se describió sin que nadie haga algo al respecto, recordemos que en noviembre de 2019 los miembros de la Gremial de Transporte Pesado de Guatemala hicieron una manifestación, y se opusieron a que entrara en vigencia el acuerdo gubernativo 38-2019 Reglamento de la Ley para el Fortalecimiento de la Seguridad Vial, el cual obligaba a los transportistas a instalar un dispositivo limitador de velocidad en los tráileres para que desarrollen hasta un máximo de 80 k/hora; en esa oportunidad la gremial dijo que no se oponía a regular la velocidad sino al costo de la instalación del dispositivo.
Por otro lado hay que tomar en cuenta que no todos los pilotos son irresponsables, gran parte de ésta responsabilidad la tienen las empresas en donde laboran, ya que la mayoría de éstas los someten a inmensas jornadas de trabajo y recorrido, incluso vulnerando el horario establecido en el código de trabajo manejando en horario nocturno o mixto, sin tiempo para comer, si les da tiempo descansan por el día y si es mucha la presión de la entrega del producto no duermen, volviéndose adictos al alcohol, las bebidas energizantes y en casos peores a las drogas, lo cual es más peligroso para la población civil que transita por las mismas carreteras.
Existe una gran responsabilidad del Ministerio de Trabajo que no ha supervisado las condiciones en las que laboran estos pilotos, pues deberían estar organizados por turnos para que una misma persona no maneje por más de 6 horas seguidas y en un caso extremo 8 horas, y al cumplir su turno inmediatamente cederle el timón a otra persona que esté completamente en sus 5 sentidos, así también deben de hacerse revisiones más estrictas en las carreteras para verificar las condiciones en que manejan los pilotos.
Es urgente la instalación de velocímetros en los tráiler y también cámaras de vigilancia para que todo quede grabado a la hora de un percance (al igual que las caja negra en los aviones), para deducir responsabilidades posteriormente, y, que cada institución pública y la empresa privada cumpla con sus obligaciones y de ésta manera prevenir percances, ya que en Guatemala no se previenen los accidentes, solo nos lamentamos por la pérdida de seres humanos valiosos, y aunque las autoridades envíen sus condolencias con eso no se cambia la situación de las familias que sufrieron la pérdida de sus seres queridos por la irresponsabilidad de todos los involucrados, ningún costo es alto comparado con la vida de un ser humano.