Desde Cuarenta y ocho Cantones -Totonicapán- hasta el último rincón del país de la eterna primavera, todos o casi todos, se han manifestado en contra de la administración déspota de Alejandro Giammattei, Consuelo Porras, Rafael Curruchiche, Cinthia Monterroso y el juez Orellana, los únicos que están a favor del pacto de corruptos, pues, obviamente son los que están mamando del erario nacional y se aferran a eso. Lamentable, gente sin valor, sin principios, carentes de amor propio, con características similares a las cinco personas innombrables.
La organización ancestral más antigua del país, se puso de pie y tembló todo el país, así como lo leen, todo el país. Desde el dos de octubre a las 5 AM en el lugar emblemático de siempre -CUATRO CAMINOS- se inició la jornada de protesta, manifestación, bloqueos, paro nacional o como usted quiera llamarlo, eso es lo de menos. Ahí está el pueblo indígena con sus Cantones, luego, con los ocho municipios de Totonicapán acuerpando el movimiento, quiero hacer patente una frase nombrada por el comunitario Narciso Cuá -ex vicepresidente de 48 Cantones- “ACÁ ESTAMOS EN UNA MAGNA ASAMBLEA COMUNITARIA” y no en una manifestación. Por supuesto, los que hemos estados en asambleas comunitarias entendemos lo que ello significa.
A las pocas horas de iniciado la manifestación, se unieron más y más pueblos, municipios y departamentos, hasta lograr el “bloqueo” en más de 144 puntos o lugares, según reportes de PROVIAL. A esta hora que escribo mi columna de opinión -12-10-2023; 21 horas-, en Cuatro Caminos, San Cristóbal Totonicapán, se registra un hecho histórico en la vida social de Cuarenta y ocho cantones, 280 horas de manifestación ininterrumpidamente, y con ello, todos los bloqueos a nivel nacional, sin embargo, ocurre otro hecho importantísimo que vale la pena resaltar, la manera pacífica, responsable y ordenada de manifestar el descontante de los comunitarios, es decir, sin violencia. El paso es libre y sin ninguna restricción para ambulancias, bomberos, vehículos particulares que transportan médicos, enfermos, entre otros.
En ese sentido, el gobierno déspota nunca se imaginó la resistencia del pueblo que está harto de tanta corrupción, ahora, el movimiento ya no es solo de Cuarenta y ocho cantones, si no, de todo el pueblo de Guatemala, del pueblo que vive del día a día, del pueblo de a pie.
En ese sentido, por primera vez en la historia de Totonicapán y quizá del país, el movimiento dejó de ser solo de Cuarenta y ocho cantones y se convirtió en un movimiento del país, todos, al unísono, piden la renuncia de las personas que, han hecho de la ley, su modus operandi y prostituyeron la aplicación de la justicia, para favorecer a corruptos en menoscabo de la población más vulnerable. Pero, la terquedad, desfachatez, deshonra e inmoralidad de estas cuatro personas que son la cara visible del pacto de corruptos, es impresionante, eso da lugar a pensar que, el dinero fácil ya obtenido y los compromisos económicos con el crimen organizado son bien rentables que les importan un pepino su amor propio.
La Corte de Constitucionalidad no quiso asumir su papel para detener el fraude en proceso, que está siendo fraguado precisamente por la feci de Curruchiche; tambiénGiammattei se negó rotundamente a no destituir a Consuelo Porras, con el argumento que, “legalmente” no lo puede hacer -escudándose en una reforma a la ley orgánica del MP, sin embargo, los especialistas en la materia, aseguran que, el presidente sí puede destituir al fiscal general del MP, pero, con la actitud prepotente y déspota de Giammattei y la cooptación de la justicia, no se puede hacer mayor cosa. Ante semejante aberración, es imprescindible que toda la ciudadanía -estudiantes, amas de casa, obreros, cooperativistas, religiosos, comerciantes -grandes, medianos y pequeños-, universitarios, campesinos, sindicatos, etc., acompañen a Cuarenta y ocho cantones y los demás pueblos originarios para exigir el cumplimiento de los derechos y soberanía del pueblo y dejar sentada las bases de una nueva Guatemala, plurinacional, multiétnica y multilingüe.
Es mejor luchar por algo, que vivir para nada. George S. Patton.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.