Nuestros gobernantes deben ser facilitadores del desarrollo.
En mi columna anterior concluía con un panorama desalentador respecto a los efectos de la ausencia de planificación y ordenamiento del desarrollo económico de nuestra ciudad.
Sin embargo, a pesar de la ausencia de planificación provocada por el escaso involucramiento de nuestras autoridades municipales (pasadas y actuales) en esta temática trascendental, nuestra ciudad crece a un ritmo relativamente bueno.
Se estima que el PIB de nuestro municipio es de 5.6 millardos de quetzales, con un crecimiento económico del 3.58%, caracterizado este crecimiento como no planificado y generado por casualidad, dada la ausencia de políticas municipales que fomenten el desarrollo económico local.
Los quetzaltecos sabidos del panorama esbozado anteriormente, nos hemos organizado como parte del capital social para animar dos tareas principales a mi parecer, la primera: Identificar las potencialidades económicas del municipio para promoverlas como nuestra ventaja competitiva; y, en segundo lugar, para elaborar propuestas emanadas de esas potencialidades, que coadyuven al desarrollo económico de forma planificada, equitativa y sostenible.
De esa cuenta, hemos identificado que nuestro municipio posee potencial económico en áreas de: Educación, turismo de salud y bienestar, turismo cultural, comercio y servicios, tecnologías de información y comunicaciones, construcción, actividades deportivas, y transformación de la producción agrícola (agroindustria) generada en altiplano sur occidental de nuestro país; posicionándose nuestros potenciales en los sectores secundario y terciario de la economía.
Si sumamos a lo anterior, que nuestra ciudad cuenta con una población joven entre 0 y 25 años, que son la mayoría, vemos un potencial social con capacidad de incidir en temas económicos y políticos para la ciudad.
Por lo tanto, el porvenir es alentador y debemos prestar atención inmediata a la planificación del crecimiento económico. Habitamos una ciudad que emerge al desarrollo y que nos da cierto tiempo aún, para planificar procurando el bienestar común; recordemos, que somos el principal centro de desarrollo después de la ciudad de Guatemala, lo cual, augura también un crecimiento poblacional exponencial en las próximas dos décadas, situación inevitable que debe motivarnos aún más para planificar y accionar.
El incremento del empleo productivo, del número de empresas, el impulso al emprendimiento y a la atracción y retención del talento, fueron las metas estratégicas del diagnóstico de competitividad y desarrollo económico local que el Banco Interamericano de Desarrollo nos proporcionó como parte de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles. Estas importantes metas, se esperan alcanzar con la creación de la Agencia para el Desarrollo Económico de la Ciudad de Quetzaltenango, ADEL.
Esta ADEL, una propuesta que nace de la iniciativa privada, ratificada por el diagnóstico en mención, es una de las iniciativas presentadas a la anterior y actual corporación municipal, con miras a especializar la atención del Desarrollo Económico. Nuestra ciudad no debe seguir a la deriva en este tema, nos afecta a todos.
Las ADEL son iniciativas exitosas que desde los años 50 han impulsado países en Europa, Suramérica y también en Centro América; caracterizándose por su representatividad sectorial, resaltando la participación de la Sociedad Civil, Sector Privado, Academia y por supuesto, el Gobierno Local.
El 5 de noviembre de 2011, como resultado a la propuesta del Ministerio de Economía a la anterior Corporación Municipal, en acta de Concejo se reconoció entre más aspectos positivos, lo siguiente: “La Agencia es un eficaz instrumento de diálogo social y de concertación, y también un espacio para la toma de decisiones en donde los actores locales pueden moverse y determinar sus propios procesos de desarrollo económico. La composición mixta de los socios de la Agencia es una característica que sirve de soporte para que la estructura pueda desarrollar la función de lugar de concertación”. Así también, desde antes de la toma de posesión de las actuales autoridades municipales, el Grupo Gestor, continuó con esta importante iniciativa, al extremo de entregar una propuesta de reglamento que facilitaría la implementación y arranque.
Seis años después, no hemos pasado de reuniones, documentos y promesas. ¿Por qué no es posible implementar en nuestro municipio un modelo que es exitoso en otras regiones y que solo requiere de facilitación por parte del Gobierno Municipal, que augura atracción de inversión y empleo? Evidentemente, hace falta voluntad política. Dejar hacer lo que no se hace bien, sería un acto de responsabilidad.
Contador público y auditor, profesor universitario, consultor empresarial y voluntario en desarrollo económico local y competitividad.