Cuando las emociones están por encima de la razón, y cuando se ha sobredimensionado la imagen, hasta el punto de que es más relevante lo que se ve y no lo que es en esencia, la superficialidad es el concepto predominante.
Por eso no es extraño que el presidente de Estados Unidos sea un empresario mediático y polémico, que en Ucrania haya ganado las elecciones un actor y que en Guatemala tengamos al presidente que tenemos. Tampoco lo es que los políticos actuales intenten llamar la atención con acciones y decisiones sin sentido y algunas que pueden llegar al ridículo.
Y es menos extraño que la campaña electoral actual esté más enfocada en los problemas legales de los candidatos, en asuntos de su vida privada y en otros temas superficiales que no permiten tener una información sobre lo que en realidad importa. Desde antes del inicio del proceso se crearon las condiciones para que se vieran beneficiados los partidos y candidatos mejor posicionados, por ello les conviene que la población esté menos enterada, para aprovechar su ventaja. En ese sentido llama la atención la acción de la organización 48 Cantones en Totonicapán, que pretende limitar la propaganda electoral, cuando para empezar no es algo que le competa.
Por eso mismo se hacen más relevantes “noticias” como la de la carne de perro, que las que tienen que ver con el futuro del país. Los escasos espacios de diálogo que se han promovido no son suficientes para conocer los, probablemente inexistentes, planes de gobierno de los candidatos; y quienes pasan más desapercibidos son los que aspiran a diputados, por el mismo hecho de que a algunos les puede favorecer que los electores voten por el partido sin saber con exactitud a quién eligen. Sucede lo mismo con los Concejos, en donde se vota por el candidato a la alcaldía o el partido sin analizar cómo quedará conformado el Concejo.
En estas condiciones se terminará eligiendo a quien tenga mejor imagen, habrá también voto de castigo, y puede que se opte de nuevo por el menos “malo”. El desinterés por las elecciones es otro elemento que refuerza esa incierta decisión, en la que tendrán importancia los líderes de opinión.
La tendencia del uso y abuso del sistema jurídico, la información difusa, la sobreinformación y la información irrelevante para desviar la atención, son acciones que marcan el actual proceso, y que no son necesariamente nuevas.