Lejos han quedado los días en que veíamos las noticias de otros países como Brasil, Educador y la India en donde las personas infectadas de Covid-19 morían fuera de los hospitales sin ser atendidos ante la indiferencia de sus gobiernos y un Estado que priorizaba la vida de personas de clase alta dejado a su suerte a la mayoría de la población.
Ahora esa realidad es nuestra, en Guatemala los médicos que atienden pacientes de Covid anunciaron desde hace dos meses que no tienen espacio para atender a más pacientes, además que no cuentan con insumos de protección ni los medicamentos para sedar a quienes necesitan intubación llegando al extremo de tener a los pacientes amarrados para que no se muevan debido al dolor e incomodidad que sufren.
Dos meses y ninguna autoridad atendió sus peticiones y demandas, hoy el hospital parque de la industria anuncio que no recibirá más pacientes porque ha sobrepasado por mucho su capacidad, la ministra de salud está desaparecida y no da la cara ante tan grave situación, los demás hospitales están próximos a anunciar que no se aceptarán más pacientes.
Sin embargo las prioridades gubernamentales son otras, como los señalamientos de plazas fantasma en el MSPAS, la celebración de un bicentenario en el que se ha invertido más de 30 millones de quetzales, la compra de un seguro escolar opaco por más de 300 millones de quetzales, construcción de caminos y carreteras a diestra y siniestra que no son necesarios y adjudicados a dedo para gastarse el presupuesto asignado al MICIVI, adjudicados por las municipalidades con fondos de los Consejos de Desarrollo con poca transparencia y nula rendición de cuentas irrespetando los proyectos solicitados por los COMUDE.
Como complemento no existe, ni existió nunca un adecuado plan de vacunación que se pudiera materializar, eso sí, lo único que se materializó fue el desembolso de Q614.5 millones por la adquisición de vacunas rusas, por medio de un cuestionado y obscuro contrato y bajo serios señalamientos de corrupción que no tardarán en descubrirse. El bajo porcentaje de población que ha sido vacunado es en su mayoría gracias a las donaciones de países que han demostrado su solidaridad con los guatemaltecos.
El plan de vacunación no avanza y mientras no haya un plan masivo de vacunación a nivel urbano y rural, a todas las edades no van a parar los contagios, mientras en otros países como Italia y Bélgica ya están colocando una tercera dosis en Guatemala la mayoría no tiene ni siquiera la esperanza de que le coloquen la primera.
La indiferencia y desprecio que el gobierno de turno a través de sus funcionarios muestra a la población es tal que no les importa que sus acciones desemboquen en la pérdida de vidas que son valiosas para el país, mientras ellos estén a salvo no se preocupan por imponer medidas restrictivas que guarden el distanciamiento social y tampoco procuran la entrega de las vacunas que ya se pagaron y salvarían vidas.