A veces nos encontramos desanimados que llegamos a pensar que la condición en la que nos encontramos es la única forma en la que las cosas pueden ser o que es la única forma en que podemos estar, lo que nos limita a pensar en otros posibles escenarios o resultados.
“A veces nos hallamos demasiado dispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas”, frase de Marcel Proust, lo que significa que, aunque las condiciones sean favorables y estemos atravesando un momento de la vida carente de problemas o todo lo contrario estemos hundidos en la desesperanza, de una u otra manera las cosas pueden cambiar repentinamente.
El problema es pensar que llegamos a un punto en donde nuestra circunstancia sea buena o mala, determina quienes somos y el no considerar e imaginar nuevos escenarios puede ser peligroso porque nos limita a ver oportunidades o soluciones posibles a nuestro problema. Si tan solo nos abriéramos a considerar otras posibilidades, los resultados serán beneficiosos.
Por lo general esto sucede cuando nos encontramos en una situación adversa o inesperada, pero sin afán por el mañana siempre debemos pensar que hay esperanza, no siempre nos encontramos al final del túnel sino a pasos de la salida.
A veces solo es cuestión de tiempo, pero por lo general siempre tendrá mucho que ver la actitud con que enfrentemos las cosas, siempre estemos esperanzados que, aunque la lluvia sea tardía, hará que todo florezca.