Hace algunos días me puse en la laboriosa tarea de hurgar en la alacena, empaques, bolsas y botellas de especies de alimentos, caí en el asombro que muchos de estos productos, algunos repetidos habían vencido y lo supe por la fecha de caducidad, para mi sorpresa algunas especies, unas a medio utilizar, otras intactas por no usar, las tuve que deshechar, primero porque al hacer uso de un producto vencido me puedo intoxicar, segundo porque al tenerlas no tiene sentido ocupando un lugar, entonces me puse a pensar lo importante que es tomarse el tiempo para revisar, evaluar, desechar y limpiar, pero estas acciones pueden aplicarse a nuestra propia vida, muchas veces guardamos en nuestro corazón sentimientos, experiencias, vivencias, ideas que ya llegaron a su fecha de caducidad; estas solo ocupan un lugar, intoxican nuestra vida y ya no son necesarias cargar.
Para ordenar y limpiar requiere tiempo y a veces se torna en una actividad minuciosa pero necesaria, consecuentemente el no llevar a cabo estas acciones como en mi ejemplo inicial pueden causar desorden, mala presentación y mal olor, similar en nuestras vidas se manifiestan aquellas cosas negativas disfrazadas de ansiedad, estrés o enfermedad.
Según la OMS la higiene es una actividad diaria que debe llevarse a cabo de manera frecuente, haciendo uso adecuado de técnicas para su mayor efectividad, si tan importante es la higiene en todos los ámbitos, sin duda alguna, mucho más importante prestar atención a la higiene de nuestro Ser interior.