Seguramente usted sabe que el agua es un componente químico esencial y vital para la vida, representa aproximadamente un 50% al 70% de nuestro peso corporal y dependemos de este líquido para sobrevivir ya que cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente, dentro de los beneficios que nos brinda el consumo del agua están: permitir la absorción de nutrientes esenciales, contribuye con la lubricación de las articulaciones, especialmente nos ayuda a eliminar sustancias potencialmente perjudiciales para nuestras células y tejidos, por si fuera poco facilita el riego sanguíneo, mejora la función digestiva y un dato importante es que evita la deshidratación de la piel, una piel deshidratada no puede cumplir la función de barrera natural, pierde tersura y favorece la aparición de eccemas o lo que vulgarmente conocemos como chaquirrias en el pellejo.
Cuando nuestro cuerpo no tiene la cantidad de líquido requerida las células desaceleran sus actividades dando como resultado poca producción de energía por consiguiente pueden presentarse calambres, fatiga y hasta confusión en las actividades que se estén desarrollando. Entre las enfermedades más comunes que se desarrollan por la falta de agua son: migrañas, hipertensión, problemas renales y no siendo experta me atrevería a decir que nos hace propensos a morir más rápido y si no vea como una plantita casi marchita al aplicarle agua vuelve a reincorporase, o basta ver como reverdece la naturaleza en verano.
Personalmente doy fe de lo beneficioso y de la importancia de beber, pero no es solamente beber sino beber agua… en algunas oportunidades muchas personas me han comentado como puedo beber tanta agua, ¡mi respuesta es, beber no es una opción sino una buena decisión!