Generación de Cristal o generación Z, es el término utilizado actualmente y especialmente en redes sociales, para referirse a aquella generación constituida por personas que nacieron a partir del año 2000, cuyos padres son personas que sufrieron carencias y posiblemente fueron sometidos a medidas disciplinarias drásticas porque están empecinados a darle a sus hijos un estilo vida mejor del que ellos tuvieron, suelen decir con frecuencia: “No quiero tratar a mi hijo como me trataron” “quiero dar a mi hijo lo que no tuve”.
Nos encontramos entonces en el dilema y la pregunta es ¿De quién es el problema? Porque pareciera que esta generación debe ser tratada con pinzas para no crear traumas o problemas posteriores. No veo nada de malo que un padre desee lo mejor para su hijo, pero debemos entender como padres que de una u otra forma los hijos deben crecer y experimentar muchas cosas que escapan de nuestro alcance y nuestra posibilidad.
Como hijos ellos deben entender que somos humanos que, aunque nos vean fuertes a veces nos debilitamos, que no somos eternos que puede ser que en un abrir de ojos al día siguiente ya ni existamos; por nuestra parte entender que esta generación afronta problemas sociales, ambientales y culturales que nunca imaginamos.
Eduquemos con amor y respeto que son elementos vitales que no tienen costo ni precio, eduquemos con el ejemplo; comprobado esta que hay cosas que no se adquieren con dinero ni con la tarjeta de crédito porque la educación no se adquiere en la mejor institución, la educación y formación radica en el corazón de donde mana la vida.
Sea la forma en la que califiquemos a esta generación como docente, madre y como mujer