Con la bajada de la imagen de la Virgen del Rosario el jueves recién pasado, se ha dado inicio a la novena en honor a la Virgen del Rosario. Es una buena oportunidad para encomendar a la Virgen del Rosario a nuestro país, y concretamente a las autoridades de gobierno, y más específicamente, al Ministerio Público, para que sus decisiones vayan encaminadas al bien común de los guatemaltecos, y no sólo a un grupito de gente con intereses particulares. Es un tiempo de gracia para orar por los jefes de Estado y por todos lo que tienen responsabilidades políticas en Guatemala, sobre todo en esta coyuntura actual.
La salida de catedral de la Virgen del Rosario fue motivo de una gran alegría para los feligreses. La quema de muchos cuetes y bombas, los desfiles de algunos colegios y las alfombras, son expresión de una gran algarabía por parte de los presentes. Y pareciera que Guatemala es el país más sano y feliz del mundo. Sin embargo, quienes estamos al día de la crisis política del país, sabemos que allá en el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, los mafiosos no pierden el tiempo maquinando trampas para seguir debilitando al sistema democrático guatemalteco.
Dice el refrán: a Dios rogando y con el mazo dando, es decir, hay que hacer oración, pero no hay que olvidar que Guatemala está viviendo un momento difícil y complejo, por las malas intenciones de quienes tienen el poder y se niegan a dejarlo. La Virgen María fue una mujer que se caracterizó por hacer la voluntad de Dios en su vida: “hágase en mí según tu palabra”, (Lc 1, 38). Esto significa que, si le pedimos a Dios, a través de la intercesión de la Virgen María, que en Guatemala se haga la voluntad de Dios en todo esto que está pasando, así será; y la voluntad de Dios se hará en nuestro país.
Y una manera de hacer oración por nosotros y por Guatemala es rezar el santo rosario, que es un resumen de la vida de Cristo. Celebramos a la Virgen del Rosario, pero la Virgen es sólo un medio para llegar a Jesús, porque quien hace los milagros es Jesús mismo. Ella es la madre del salvador y la madre de la iglesia y puede interceder para que la Virgen del Rosario, como patrona de Guatemala, nos abrace con amor de madre a los guatemaltecos.
Para los que creemos en la Virgen María como madre de Dios y madre nuestra, este es un tiempo propicio para suplicarle su acompañamiento, no sólo para la conversión de los demás, sino para nuestra propia conversión de vida. Estoy plenamente convencido de que las fiestas patronales, si se reducen a grupos musicales, bombas, alfombras y comida, no sirve de nada. Una fiesta patronal es la mejor ocasión para imitar las virtudes de la patrona (en este caso, las virtudes de la Virgen María), para aplicarlas en nuestra propia vida. Somos humanos y, por ende, pecadores, por lo que no podemos cambiar todo lo malo que hay en nosotros, pero sí podemos hacer el esfuerzo por cambiar aquellos pensamientos o aquellas conductas que no nos están ayudando para estar en sintonía con Dios.
Esperamos entonces, que esta fiesta de la Virgen del Rosario genere cambios personales y en la sociedad en general. La sociedad está urgida de cristianos de excelencia, y creo que este es el momento para convertimos en “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, (San Juan Bosco).
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.