Creo, que son tres los propósitos que todo docente debe pretender lograr con sus estudiantes. Que aprendan, que se transformen y como corolario, que sean promovidos al grado inmediato superior.
Fundamentado en los cuatro pilares de la educación, según la UNESCO, el aprender a conocer, es fundamental para la formación integral de la persona humana. El estudiante debe conocerse así mismo, al prójimo, su entorno, los conocimientos teóricos de los diferentes cursos y de las áreas de su especialización, el caso de la educación universitaria. En este sentido, si el docente impartiera el curso de filosofía, debe buscar que los estudiantes aprehendan los conocimientos fundamentales sobre la madre de todas las ciencias. Estos conocimientos deben ser aprehendidos de manera crítica y contextualizada.
Luego, el docente debe plantear, -como otros de sus propósitos-, que sus estudiantes se transformen a partir de los contenidos del curso o a partir de los aspectos por superar que observa de sus estudiantes. Desde los contenidos del curso, por ejemplo, los contenidos de la Filosofía, que los aplique en la vida real, en su entorno y en todo lo que pasa en el universo. Cuando el estudiante experimente este proceso, obviamente, mejorará su vida y su forma de ser. Desde los aspectos por superar de los estudiantes, si el docente observa que los estudiantes no depositan la basura en su lugar, debe lograr que cambien de proceder. Si los estudiantes poseen mal vocabulario, el docente debe propender que los estudiantes mejoren su vocabulario. El pájaro por sus plumas se conoce, el hombre culto, por su buen vocabulario. Si los estudiantes aplican mal las normas ortográficas, el docente debe hacer que aprendan a escribir correctamente. Si los estudiantes no tienen el hábito de analizar críticamente, el docente debe propiciar el desarrollo de esta cualidad en los estudiantes. Todo este proceso implica transformar a los estudiantes, por lo mismo, debe ser un propósito de todos los días.
Si el docente ha logrado que sus estudiantes aprehendan y se transformen durante el desarrollo de su curso, indudablemente, aprobarán el curso. Por esta razón, uno de los propósitos de los docentes es que al finalizar el curso, todos sus estudiantes sean promovidos. Algunos docentes exclamarán ¡Este propósito no es posible de lograr! Sí, es posible lograr cuando el docente se dedica al cien por ciento a su labor docente. Planifica conscientemente su curso, se actualiza sobre las teorías del aprendizaje, prepara material didáctico para la enseñanza de los contenidos del curso, confía en sus estudiantes, propicia buena comunicación con sus estudiantes, respeta la dignidad de sus estudiantes, apoya a los estudiantes que les cuesta comprender los contenidos del curso, procura conocer a sus estudiantes, etc. También, aplica correctamente la disciplina académica. Al respecto, los japoneses, rezan: La disciplina tarde o temprano vencerá la inteligencia. Con todo lo anterior, ningún estudiante perderá el curso. Para que el docente sea mejor cada día es imprescindible que utilice la evaluación y autoevaluación. Les deseo éxitos.