Es alarmante que ahora la estupidez se quiera adueñarse del mundo y su mejor aliado la mentira.
Decía Albert Enistein que solo existen dos cosas infinitas, el universo y la estupidez…y que no estaba seguro que la primera fuera en su totalidad. ¿Es posible ser poco o muy estúpido?
Una de las hipótesis planteadas es que la gente suele pensar que la idiotez está ligada con un bajo coeficiente intelectual, como la carencia de las habilidades o conocimientos, también pueden ser comportamientos obsesivos y que carecen de autocontrol. Otro simplemente puede ser la distracción o destrezas necesarias para llevarla a cabo, en otras palabras, el desinterés.
El investigador James Robert Flynn ha defendido durante su carrera profesional el hecho de que la inteligencia depende de buena medida de factores ambientales. El término “efecto Flynn” fue acuñado por Richard Hernstein y Charles Murray en su libro The bell curve (1994). Según estos autores lograron describir el aumento en el cociente intelectual que se produce con los cambios de generación. En la actualidad la tendencia se ha invertido y se observa ahora una negativa en tal fenómeno que se está reduciendo a nivel mundial. En pocas palabras se puede decir que hay más estupidez que inteligencia debido a varios factores: la falta de mejora en la escolarización, déficits nutricionales, pocos avances en la medicina, degradación del ambiente.
Estamos viviendo en una época en la que los niveles de la tontería están evolucionando increíblemente rápido. Me tope en las redes sociales con una publicación “pensar es gratis”. Lo alarmante del tema es que resaltaba en el tal diario mencionado que “los tontos y tonterías tienden a asociarse y adquirir poder, y, por tanto, capacidad de maleficio”. Lo espantoso del contenido es que ahora existen “sindicatos de estúpidos, mal organizados y por si tontos que acaban haciendo daño sin tener malas intenciones” pero a la vez sus actos son desastrosos.
Amo mi país pero me avergüenza mi gobierno y todo lo relacionado con la estupidez colectiva que esta tan popular que hay personas que prefieren una gorra en vez de un buen libro. Hemos comenzado a creer noticias falsas, artículos sensacionalistas y en la ilusión que proyectan las redes sociales. Nos hemos llenado de mitos y paradigmas que nos vuelven cada vez más huevones, más idealistas y menos dispuestos a enfrentar los obstáculos propios de la vida. Mucho ojo, que somos la generación de seguir más seguidores en redes sociales, hablar mal hasta el idioma español y del meme (malestar, emocional, mental y económico).