La adulación como manipulación

No adules a persona alguna… y no te dejes adular.

La adulación es un elogio falso y exagerado que se hace a otra persona con tal de aprovecharse de ella.  Por ejemplo una amiga le dice a otra, “yo sé que tú eres buena amiga, compasiva, y de buen corazón, préstame dinero”.  Un vendedor exagera la elegancia del cliente, con tal de que le compre un adorno, que supuestamente va con su personalidad.  Un amigo le cuenta un secreto a otro, diciéndole, “tú me inspiras confianza”, con tal de que él también le cuente sus secretos, para luego usar esto en contra de él.  Luego le dice, “yo confío en ti, no me defraudes, somos amigos, eres especial”.

Los manipuladores, están a la caza de los que se dejan dominar.  Lamentablemente la mayoría de personas tiene baja autoestima, inseguridad personal, les cuesta decir no, y esto les hace vulnerables.

Por supuesto que hay elogios que son verdaderos y sin segundas intenciones, que levantan el ánimo, alegran la vida y motivan a seguir siendo productivo.  A estos les llamaremos reconocimientos.  En donde se reconoce el aporte del sujeto. Las empresas dan diplomas, hacen menciones y publican los nombres de los empleados que rinden mejor.  Con intenciones de que continúen así y que los demás empleados imiten al “buen empleado”.

Usted puede estar atento a si es un reconocimiento verdadero o una adulación. En el momento que descubra que es una manipulación, deténgase.  Lamentablemente algunas personas continúan el juego de ceder ante un manipulador, porque piensan que él puede cambiar, o se auto engañan pensado que el corazón propio es noble, y que habrá una justicia divina.

También el manipulador, puede pedir adulación, yo te alabo, tú me alabas.  O veneremos a alguien más o a un objeto.  Por ejemplo, existe lo llamado, la adoración del millonario, que se usa para motivar a los miembros de la red de consumo y venta, con tal de que admiren a alguien que subió sus ganancias y tiene premios, viajes y mucho éxito.  Por más que trabajan nunca prueban esa ilusión y solo enriquecen más a los de arriba.

Incluso hay líderes religiosos que obligan a sus fieles a alabar a Dios y pedirle que envíe dinero para compararle un avión a la iglesia, y luego esos fieles se sienten obligados a donar sus salarios, casas y carros para comprarle el avión al líder, no a la iglesia.

Para salir de este manejo de su voluntad, debe darse cuenta que no hay deuda que pagar. Que no necesita que le elevan la autoestima con mentiras, que tienen alto costo.  Que estas personas pueden llegar a ser tan insensibles, egoístas y falsas, que lo mejor es alejarse de ellas y advertir a los demás.

Le dejo esta frase para que reflexione: “El jinete acaricia al caballo, para montarlo”.