Cada quien obra de la mejor manera que sabe hacerlo.
Observe los diarios actuales y encontrará que los delincuentes son jóvenes, en su mayoría. ¿Qué nos dice esto? Que estamos fallando como sociedad al educar a nuestra juventud, en familia principalmente, luego en los centros educativos. Son estas instituciones las que están formando criminales, con la complicidad de la sociedad.
Parece que resulta cierto lo que gritó el joven adicto Julio Cesar, que lo que les falta es “Amor, comprensión y ternura… no que lo encierren” y por lo que se ve, principalmente de la madre. Nuestra niñez a diario está creciendo en ambientes de violencia, desprecio y abandono.
Y si logran sobrevivir son abusados física, sexual y laboralmente. ¿Cómo no se van a llenar de odio contra la humanidad? ¿Cómo no van a ser arrastrados así, a cometer atentados contra la gente común? Cuando usted vea a un niño en estas condiciones, hágase dos preguntas: Una, si dentro de 19 años éste ser humano estará cometiendo un acto vandálico…. Y dos, si usted puede hacer algo en ese momento para reorientarlo.
Si queremos un mundo mejor para todos y todas, debemos ofrecerles a las nuevas generaciones un clima de oportunidades académicas, laborales y sociales. En donde gocen de buena salud, diversión, exploración. Que les invite a ser productivos en beneficio de los demás. El ser humano es bueno por naturaleza, confiemos en ello.
Si un niño crece en ambientes limpios, ordenados y bellos. En donde el respeto a su persona es la norma de cada día; en donde se le brinda amor, comprensión y ternura; en donde puede desarrollar su arte y sociabilidad… entonces el que pudo haber sido el mejor criminal se ha convertido en el mejor profesional. En una persona amable comprensiva y bondadosa.
Nuestros jóvenes criminales de hoy, son las víctimas de este sistema corrompido por la competencia monetaria. Una sociedad enferma, injusta que excluye, margina y lastima.
No los condenemos a ellos, condenémonos a nosotros por permitir que unos cuantos de los nuestros se aprovechen, manipulen, acaparen los recursos de este planeta y los haya dejado a ellos en la pobreza económica, intelectual y espiritual.
Le dejo la siguiente frase para que reflexione: “La grandeza de una nación se reconoce por el trato a sus criminales”.
Psicólogo clínico con más de 25 años de experiencia, docente universitario, escritor de temas de salud mental para la familia, la pareja y el niño. <strong>YouTube:</strong> Mil tips de Salud Mental y Escalón Infantil <strong>Facebook:</strong> Oswaldo Soto Psicólogo