Jorge Sebastián Pop Chocoj, más conocido como Farruko Pop, apareció y apareció muerto, su delito fue atreverse a soñar, su delito fue dejar su tierra y buscar nuevos horizontes acá en su tierra Guatemala, no fuera de nuestras fronteras como miles y miles de hermanos comunitarios lo han hecho y seguramente lo seguirán haciendo, lamentablemente. Su delito fue no dominar al ciento por ciento el idioma español, en ese sentido fue objeto de burla, fue objeto de discriminación y clasismo, entre otros, porque simple y sencillamente no dominó el idioma que los invasores trajeron. Es importante señalar que, en pleno siglo XXI, nadie, absolutamente nadie y lo digo con total certeza, nadie, habla el idioma español al cien por ciento en Guatemala, incluso los nietos y bisnietos de las personas que nos invadieron hace más de quinientos años, ni siquiera ellos hablan o dominan el idioma español.
Me pregunto, cuál fue la gracia, la soberbia de discriminar a Jorge Sebastián Pop Chocoj oriundo de Izabal de raíces ancestrales del pueblo q´eqchi´, cuando cometía errores al pronunciar palabras en idioma español o cuando se refería a situaciones puntuales, pero, por no ser su idioma materno el español, era obvio su falta de “castellanización”. Para mí, -también falto en castellanización y tardo en palabra-, Jorge Sebastián Pop Chochoj inmortalizó la siguiente oración: “… me estás hablando mal de mi espalda y por qué no me dijiste en frente a mí…” Estimado lector, no es preciso ser experto en gramática, lingüística o cualquier otra rama de la ciencia respecto a la comunicación para entender y comprender lo que Jorge Sebastián quiso decir en esa conversación. Reitero, no fue necesario consultar a un fonoaudiólogo para descifrar su mensaje. Ah, pero nosotros los guatemaltecos/castellanos o lexicólogos fue una ofensa esa y casi todas sus conversaciones, qué pena, hasta los mexicanos se extrañaron de la manera burda en que nos burlamos de Farruko Pop. En nombre de él y del 95% de indígenas y ancestrales que casi hablamos los veintidós idiomas mayas, pido disculpas por nuestro mal léxico al hablar el idioma implantado en nuestros territorios -el español-.
No se vale, definitivamente no se vale que en pleno siglo XXI sigamos arrastrando ese espíritu de superioridad manifestado en burlas, risas burlescas, atropellos a la dignidad humana, etc., no se valen acciones que denotan la forma atroz de arrinconar a la persona que tiene todo el ímpetu de querer salir adelante a costa de cualquier cosa, incluso de su propia vida, como el caso de este jovencito de apenas 18 años.
Jorge Sebastián Pop Chocoj nos ha dejado mucha enseñanza la cual será motivo de análisis, qué sé yo, análisis lingüístico, social, político, económico, etc., sin querer, tendremos Farruko Pop para mucho tiempo, ojalá podamos aprender cosas buenas de su atrevimiento de dejar su aldea y buscar su sueño dentro de su propio país con el fin de tener una mejor calidad de vida.
Ingratos somos, cobardes somos, todos o casi todos, le dimos la espalda, lo criticamos, le trabamos canilla -coloquialmente hablando-, y lo peor, hay un centenar de videos con mensajes de burla de nuestra propia gente, gente indígena, por Dios qué lamentable, hipocresía total.
¿Hasta cuándo vamos a dejar la mentalidad del cangrejo y hasta cuándo vamos a dejar de pensar en la inmortalidad del cangrejo?
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.