La Superintendencia de Administración Tributaria anuncio un nuevo programa de fiscalización, esto porque según análisis e investigaciones existen contribuyentes que han aumentado su patrimonio realizando adquisiciones de bienes y servicios, pero dichas adquisiciones son incongruentes con los impuestos declarados y las utilidades obtenidas.
Algunos sectores se han asustado y están desinformando a la población utilizando argumentos como que la SAT no puede hacer este tipo de fiscalización, que van a citar solo por tener dinero o por comprar, que citarán a los que reciben remesas y los harán pagar impuestos; todos esos argumentos son totalmente falsos e incoherentes.
La tecnología y la sistematización de información ha facilitado que la SAT pueda perfilar a los contribuyentes y analizar los patrones de adquisición de altos patrimonios con bajos ingresos, y altos consumos con bajos ingresos; por supuesto que la SAT puede fiscalizar estos comportamientos porque esta obteniendo y trabajando los casos conjuntamente con otras instituciones como la Intendencia de Verificación Especial y el Ministerio Público, además pueden cruzar información de la compra de vehículos, inmuebles, viajes, joyas entre otros.
Es por ello que, las personas individuales o jurídicas que son los sujetos de fiscalización deben poner atención a la forma en que reportan los ingresos y utilidades, si tiene ingresos fuera de su giro comercial, por ejemplo, arrendamientos, docencia, o servicios profesionales entre otros, y estos están respaldados con contratos y facturas entonces no existe problema porque esta documentación justifica el ingreso.
Por otro lado, si el contribuyente trabaja en relación de dependencia en alguna institución pública o privada también puede ser sujeto de fiscalización en el sentido de que sus rentas obtenidas deben coincidir con las adquisiciones realizadas. Quienes han adquirido bienes y servicios dinero de remesas tampoco tienen problema porque en el sistema bancario todo queda documentado y podrán presentar el respaldo correspondiente de haber recibido ese dinero del extranjero por lo que no serán objeto de reparos ni multas.
El problema es para el contribuyente que ha ocultado, omitido o no ha reportado todos los ingresos y utilidades obtenidas porque ahí si será objeto de reparos; pero también podría caer en la comisión de delitos relacionados lavado de dinero, porque debe tener justificación de que sus bienes los adquirió con dinero lícito.
Debe tenerse presente que reportar todos los ingresos no es igual a pagar más impuestos; los contribuyentes deben asesorarse adecuadamente y en caso no estén reportados todos sus ingresos pueden voluntariamente rectificar lo reportado y conjuntamente con su contador recomponer sus registros. Los contadores deben mantener confianza y concientizar al cliente para que les reporte la totalidad de sus movimientos financieros para tener adecuadamente documentada la contabilidad y evitar ser objeto de inconsistencias que salen mas caras al pagar multas y sanciones.
Algo importante para que el programa de fiscalización de la SAT tenga más credibilidad e impacto es que se verifique por igual a todos los contribuyentes sean o no personajes públicos y a las grandes empresas que también deben de cumplir adecuadamente con sus obligaciones tributarias.