Sin el ánimo de ufanarme conocedor teórico ni prácticamente fiel de la sensibilidad humana ni muchos menos, creo conveniente abordar someramente esta parte de nuestra conducta, ya que, casi estamos tocando fondo y no vemos o no queremos ver el peligro que representan actos no éticos y con ello estar próximos a caer en el abismo de la confusión, intolerancia y desorden social.
En esa ola de dudas, de inconformidades, de deshumanización provocado por la pérdida del tejido social, tejido social que igualmente se ha venido desquebrajando por acciones meramente socio políticas causados por grupos de interés.
En ese orden de ideas, varios comunitarios –estoy seguro que, la mayoría no lo fue-, de la Aldea Chimay, San Luis, Peten, bajo el pretexto de practicar brujería asesinaron al sacerdote maya Domingo Choc Che. Como suele suceder en nuestras Aldeas y Cantones, barrios o zonas, por la cotidianidad del día o por la preocupación del día a día o simplemente porque no nos interesa nuestro entorno social, pasamos desapercibido la actividad que realiza nuestro vecino, digo esto, porque estoy seguro que, los vecinos del sacerdote maya Domingo Choc Che, no se imaginaron o quizá nunca quisieron reconocer el conocimiento y la entrega que él estaba realizando a favor de la sociedad, por supuesto, incluido ellos, es decir, las personas que alentaron, avivaron el vil, atroz y cruel asesinato. Y, la sensibilidad humana de estos humanos, ¿dónde quedó?
Los especialistas en la materia, conceptualizan la sensibilidad como la propensión natural del ser humano a dejarse llevar de los afectos de la ternura y la compasión, sin embargo, hoy por hoy, vemos en diferentes lados –ciudades, Aldeas, Cantones, etc.-, actos o acciones de grupos de personas que difieren totalmente con la teoría.
Pareciera ser que, se está volviendo común, cotidiano, normal estas acciones, resulta que, a pocas horas del asesinato del Científico maya –Domingo Choc Che-, asesinan al Sr. Alberto Cucul Choc, en el interior del Parque Nacional Laguna Lachuá, era Guardarrecurso de la región de las Verapaces. Más algún insensible dirá, bueno, entre ellos se están matando, ojalá reflexionen. Tiene toda la razón, ojalá reflexionen, ojalá se sensibilicen, pero, la insensibilización no se está practicando únicamente entre comunitarios, la cosa va más lejos aún.
Resulta que, después de meses de estar luchando en primera línea contra la pandemia las autoridades del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, no han pagado los sueldos de los médicos que están trabajando en los hospitales donde están recluidos los pacientes con COVID 19, el argumento de los burócratas es que, deben llenar todo el papeleo para asignarles el salario, pregunto: ¿Después de 90 días más o menos, estos burócratas no han podido encontrar una salida técnica y legal para dar lo que en ley le corresponde a los médicos? Los médicos tienen familia, tienen necesidades, tienen compromisos que solventar, ellos no necesitan cacerolazos, ellos quieren que se les pague lo que ya trabajaron. En verdad, se ha perdido la compasión por el prójimo, no solo, no se les ha dado el sueldo, sino, están trabajando en condiciones deplorables, arriesgando sus propias vidas, incluso. Tenemos un gobierno insensible totalmente, o acaso, el señor ministro tuvo una falla técnica y en su sistema de presupuesto no le aparece la nómina de médicos, tal y como manifestó a través del sistema de cadena nacional, que, por falle técnica no sumó a todos los muertos por COVID 19 y que, al final, nunca cuadró el número de personas que han fallecido por este virus.
Estamos amolados con tanta insensibilidad. Resulta que, en la costa sur del país, varios vecinos con machete en mano, se aglomeraron para impedir que una persona fuera sepultada en el cementerio de la localidad, su delito fue, morir de COVID 19, y para solucionar dicho conflicto, decidieron “enterrarlo” en un basurero.
COVID 19, nos vino a desnudar económica, social, política, religiosa y humanamente, no hay poder humano ni enfermedad mundial, que haga mella contra nuestra indiferencia, somos seres ecpáticos, razón tuvo el maestro Jesús, cuando se refirió a los escribas y fariseos con estas palabras: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. San Mateo 23:27, versión Reina Valera Gómez.
Contador público y auditor, docente universitario y ex alcalde comunitario.