Cada uno de nosotros define, conceptualiza, concibe y percibe el amor de diferente manera. Para algunos es un sentimiento producto de la percepción de estímulos emitidos al cerebro; yo lo concibo como una FUERZA indescriptible y potencial que se transforma y evoluciona produciendo acciones inexplicables, tales como alegría, compasión, pasión, éxtasis, aceptación, confianza, innovando la conducta humana.
Todos tenemos la capacidad de hacer uso de esta fuerza la cual se desarrolla a medida que la ejercitamos, similar al trabajo de fuerza en un gimnasio provocará o dará como resultado a una persona con condiciones aceptables.
De algo estoy segura, para Dios es sumamente importante y mas que una recomendación contundente es la máxima característica y expresión de su carácter .
Que bueno que exista la festividad del amor que ahora es marketing de la ocasión y va mucho más allá de la algarabía de este día, es hablar de la existencia del Supremo Creador y es necesario considerarlo como una acción.
Trascendente será que en nuestro caminar, en el diario vivir, en lo que hacemos, nos desempeñemos, con nuestras palabras, expresiones impere siempre esta fuerza inagotable que vemos reflejada en que siendo nosotros seres humanos tan chuecos el amor de Dios sigue siendo eterno, el más fiel y verdadero.
Si vivimos en amor entonces conocemos a Dios, porque Dios es amor; día a día extiende su gracia y vaya si esto no es amor, más que celebrar el día del amor vivamos en amor.
Yo experimento el más sublime amor en todo lo que encuentro.