Sentimos mucho los acontecimientos de inseguridad que nos entristecen, pero jamás haremos un comentario negativo que vaya en contra de la calidad humana del guatemalteco, más bien, en homenaje a su hospitalidad, justifico mi opinión, que tiene un propósito, ser aporte. ¡Viva Xela!
El derecho a la seguridad es una combinación de facultades y potestades, que tiene la sociedad para requerir del Estado la adopción de condiciones propicias para una convivencia pacífica exenta de todo riesgo o peligro. En su significado semántico, la seguridad supone la exclusión de daño, peligro; en tal virtud, deberíamos de tener un Estado con un porcentaje alto de ausencia de riesgo o amenaza real. Dentro de este contexto, existen diferentes tipos de seguridad:
1. Seguridad económica;
2. Seguridad política y jurídica;
3. Seguridad ambiental;
4. Seguridad de la salud;
5. Seguridad alimentaria; y
6. Seguridad ciudadana.
Resulta entonces pertinente definir un concepto preciso de seguridad con un enfoque integral.
Seguridad se define como “la condición humana que tiene por finalidad garantizar y proteger los derechos la vida, salud, trabajo, opinión y movilidad y las libertades de los guatemaltecos”.
Ya en la práctica observemos algunos aspectos que constituyen herramientas de gestión y que a ratos no las ponemos en práctica. Hay un sinnúmero de reuniones donde se plantea el problema como tal, pero no se definen soluciones, de acuerdo a mi opinión, no están invitados los actores y ciudadanos que pueden aportar con criterio y experiencia.
Voy a enumerar las tareas que desde mi vivencia de haber transitado por varias ciudades de América Latina se hace, y que vale la pena considerarlas.
1. Alumbrado público: con frecuencia, cuando un turista o nuevo visitante llega a Quetzaltenango observa con particular atención algo recurrente y comenta, “esta ciudad es oscura”, los espacios públicos carecen de una correcta iluminación, calles, avenidas, los parques son lugares inseguros; por tanto, la municipalidad o la empresa eléctrica de forma inmediata deben resolver este punto, claro está que los ciudadanos seremos quienes paguemos la factura como sucede en otras ciudades.
El alcalde de Villa Nueva y presidente de la ANAM, licenciado Edwin Escobar, manifestó que ese municipio tiene un modelo de gestión innovador, en cuanto alumbrado público, al momento la iniciativa genera ganancias a la municipalidad, porque la estructura económica del sistema es por concesión y gestión a una empresa que se llama Alumbrado Público de Villa Nueva S.A. Como consecuencia de mejorar este servicio, bajó el índice delincuencial.
2. Hay tres lugares donde la frecuencia de hechos delictivos es mayor: el terminal terrestre, el mercado Minerva y la zona donde están instalados los centros de tolerancia. En los dos primeros casos, el terminal terrestre y el mercado Minerva, son el reflejo de nivel de capacidad de gestión que tienen las autoridades a las que les atañe su administración. Estas dos “tarjetas de presentación” de nuestra querida ciudad son pésimas, no hay ninguna acción que permita la mejoría de estos lugares; estimo que los ciudadanos, empresarios, entidades, si se les plantea un proyecto de participación público–privado, bien podrían modernizar estos lugares, mermando la posibilidad de propiciar factores propios de delincuencia. Esto genera trabajo digno, y como consecuencia hay seguridad para el ciudadano. Cabe también crear una empresa publica que geste un terminal terrestre acorde a la majestuosidad de esta ciudad. Ya los lugares de tolerancia siempre representan un riesgo que cada ciudadano se plantee como tal al acudir a estos. Como observación, el Plan de Ordenamiento Territorial de Quetzaltenango no señala nada sobre este tema, lo que sin la menor duda, es un error de forma y de fondo.
3. Unidades de Policía Comunitaria (UPC): son unidades a nivel de colonias, cantones, distritos que dinamizan el trabajo policial y contrarrestan de manera efectiva y eficaz el auge delincuencial, que se ve minimizado por el auxilio inmediato que brinda la Policía a los ciudadanos. Normalmente en el presupuesto de los Ministerios de Gobernación, Interior, Seguridad Publica se financia los espacios físicos e instalaciones del lugar, y la ciudadanía, a través de un aporte mínimo, cubre los servicios básicos (luz, agua, internet, etc.) y trabajan de forma conjunta. Se implementan brigadas ciudadanas, que reciben capacitación sobre cómo identificar y actuar ante un hecho delictivo. Todos los vecinos están conectados a un número base, que con solo timbrar, en la Unidad de Policía Comunitaria se sabe de forma inmediata la ubicación, por tanto el tiempo de reacción disminuye ante eventos adversos. En algunos casos se prevé la instalación de alarmas comunitarias de pánico, que se accionan ante la actitud sospechosa de un individuo o grupo, así generamos una acción disuasiva ágil.
4. Portabilidad del número de celular: si bien hay normas internacionales definidas que se deben cumplir, es necesario que las empresas concesionarias del servicio de telefonía celular mantengan conectividad directa con la Policía, para que al requerimiento de identificar una llamada hecha por un extorsionador, por ejemplo, ya con los datos del dueño de la línea, este se responsabilice por las acciones que deriven de este hecho, y la Policía actué de inmediato. Así mismo, si un ciudadano requiere cambio de operadora mantenga su número, para que la identificación sea más eficiente. Colombia, por ejemplo, exige que al momento de la compra de un chip se tome la foto del comprador, esto disminuyó la incidencia de delincuencia vía teléfonos.
5. Información: Guatemala tiene una Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad, que genera información actual y clara de la situación de seguridad; al momento, el índice de muertes violentas de 2017 es de 2,42 personas por cada cien mil habitantes. Quetzaltenango tiene un índice de 2,11 muertes violentas por cada cien mil habitantes.
Guatemala como país tiene una media de 219 agentes de policía por cada cien mil habitantes, lo ideal es tener 300. Por tanto, ya sabemos qué debemos pedir y exigir.
La ciudad más segura de América Latina es La Serena en Chile, con 1,18 muertes violentas por cien mil habitantes. Los valores de Nicaragua, Honduras, El Salvador llegan a superar 3,7 y México en algunas ciudades pasa del 5,2. Tener una información correcta, oportuna, es bueno, esto menciono porque hace pocos días, la prensa informó que alguna dependencia de Estados Unidos sugería a sus ciudadanos no visitar Quetzaltenango, hasta hoy no he escuchado de nadie una nota de protesta, o posición sobre el tema, considerando datos certeros. La semana pasada compartí un encuentro empresarial con ciudadanos mexicanos, y han prometido volver, esta vez no para hacer negocios, sino para conocer más esta región, cuyo principal patrimonio es su gente.
6. Infraestructura y servicios: este punto es primordial, la municipalidad debe invertir en reconstruir las calles y avenidas de la ciudad, las que si las comparamos con otras ciudades de América que tienen índices de seguridad buenos, refleja lo siguiente, el estado actual de nuestras vías, calles y avenidas no son los más idóneos. Además, a quien corresponda se deberá exigir que instale un sistema integrado de cámaras de seguridad para monitoreo constante y ayuda en identificación de contraventores del orden público. El servicio de taxis debería tener una correcta identificación con automóviles de un solo color, debidamente identificados con calcomanías adecuadas.
Revisando el Plan de Ordenamiento Territorial NO EXISTE un capítulo relativo a SEGURIDAD CIUDADANA, eje fundamental para todas las actividades del ser humano. Este momento que se están receptando aportes a este instrumento fundamental para el desarrollo de esta municipalidad, vale la pena incluir este capítulo.
Seguiremos atentos a ser parte de la solución y no del problema, compartiendo nuestras vivencias ciudadanas que además recogen los requerimientos de todos.
Sentimos mucho los acontecimientos de inseguridad que nos entristecen, pero jamás haremos un comentario negativo, que vaya en contra de la calidad humana del guatemalteco, más bien, en homenaje a su hospitalidad, justifico mi opinión que tiene un propósito, ser aporte. ¡Viva Xela!