La semana pasada el Congreso de la República de Guatemala aprobó un préstamo de US$500 millones aproximadamente Q3,830 millones, que en teoría no incrementarán el presupuesto de ingresos 2022 porque se sustituirá la fuente de financiamiento de deuda interna (colocación de bonos) con el préstamo.
Sin embargo, desde hace varias décadas Guatemala presenta déficit en su presupuesto de ingresos y egresos y para cubrirlo se endeuda cada año más, es decir los ingresos que se obtienen no son suficientes para cubrir todos los gastos que tiene el Estado para cumplir con sus obligaciones en proveer salud, educación y seguridad entre otras.
Lo curioso de todo es que el incremento presupuestario se ha dado para el 2022 en la construcción de obras y en gastos de funcionamiento, según varios analistas durante el gobierno actual la adquisición de deuda pública aumentó en un 31%, es decir que Guatemala para 2023 necesitara tener un presupuesto mayor que este año para cubrir los servicios de deuda.
La contratación de deuda publica no es mala cuando se sabe invertir en lo que realmente se necesita, pero, éste no es el caso de Guatemala, por ejemplo por la emergencia de la pandemia se contrataron diversos préstamos para la adquisición de vacunas compra de equipo y compra de medicamentos, sin embargo no se construyeron hospitales y los que se improvisaron no tuvieron todo el equipo necesario, además las vacunas adquiridas no llegaron a tiempo y las vacunas valoradas en millones de quetzales se vencieron y no se sabe si el proveedor las repondrá debido a la mala negociación que se hizo.
El préstamo prácticamente se tiró a la basura si no se recupera el costo de las vacunas vencidas, pero, seguiremos pagando capital e intereses por muchos años sobre ello. El ministro de finanzas justifico la aprobación del préstamo porque éste representaría un ahorro que permitiría dar 7,500 casas gratis para la población, 1,500 nuevas escuelas y se apoyaría el subsidio al combustible.
El préstamo se aprobó, pero aún no hay listado ni ubicación de los lugares en donde se construirán esas casas, o en que lugares se construirán las escuelas nuevas y no se nota el efecto del subsidio en el precio del combustible. Los prestamos se aprobaron, pero no existen mecanismos eficientes de control y fiscalización que permitirán darle seguimiento a la utilización que se dará al préstamo.
En Guatemala no existen mecanismos para la rendición de cuentas a la población, en las instituciones públicas, esto incluye al Ministerio de Fianzas Públicas que debería publicitar e informar con claridad a la población sobre cómo se va utilizando el préstamo.
Las finanzas del país están en un estado crítico mas o menos como cuando una persona cuyo salario no le alcanza para vivir se endeuda cada año con tarjetas de crédito de diferentes bancos y sobre ello contrata deudas fiduciarias o hipotecarias para cubrir esas tarjetas, prácticamente nos estamos gastando un dinero que no recaudamos endeudando cada vez más al país.