De toda la riqueza que posee esta hermosa nación y de las cosas buenas y bonitas que tiene nuestro bello terruño, está la riqueza cultural, natural que nos caracteriza, y porque no decir la hermosa letra del Himno Nacional.
Me gusta mucho la estrofa del coro: “Libre al viento tu hermosa bandera a vencer o a morir llamará; que tu pueblo con ánima fiera antes muerto que esclavo será”.
Y a pesar de que cada 15 de septiembre conmemoramos y celebramos la libertad, Guatemala sigue siendo un país esclavo, convirtiendo esa capacidad de actuar o no de acuerdo a nuestra voluntad, solamente en un ideal.
Y es que, siendo libres, decidimos estar inmersos en la esclavitud de nuestras decisiones, las cuales son influenciadas por factores externos predominantes.
Nos jactamos de tener una hora chapina, que en lo personal me avergüenza; maquillando y disfrazando nuestra falta de compromiso y respeto.
Si somos sancionados por leves o grandes acciones o conductas anómalas, justificamos y argumentamos que si un líder o autoridad las comete a cuenta de que es la sanción faltando a nuestra integridad.
Somos esclavos de malos hábitos, de la falta de responsabilidad, del egoísmo y del racismo, porque para muchos guatemaltecos, la zona metropolitana es Guatemala, mientras que el interior de la república no representa nada.
Despertemos del adormecimiento que nos ata de manos y pies, que entorpece el desarrollo de lo que verdaderamente somos y tenemos; ¡despertemos ¡para que esta nación se levante y salga avante; ¡Seamos sabios de pensamiento, que las acciones tengan congruencia con las palabras que profesamos!
Que cada día cuente para celebrar que somos libres, que sea un 15, un 21 o cualquier día o cualquier mes, el día de nuestra libertad.
¡Guatemala te sueño libre!