La semana recién pasada, se llevó a cabo en la ciudad de Guatemala, en el Seminario Mayor Nacional de la Asunción, el Encuentro Nacional de Sacerdotes. Dio inicio el día lunes 5 de agosto en la tarde. El expositor fue el Licenciado Edy Jorge, psicoterapeuta, con el tema: Relaciones comunitarias. El día martes 6 estuvo con nosotros el padre Castaño, originario de Colombia, con el tema: Panorama General de la Pastoral Sacerdotal y sus Protagonistas en la Diócesis. Y el día miércoles terminó el Encuentro con una breve reflexión sobre el Contexto económico y sociopolítico a siete meses del nuevo Gobierno, a cargo de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES).
Pero una dimensión importante de este Encuentro Sacerdotal es el “encuentro” fraterno con compañeros de camino en la vida sacerdotal. Algunos están muy bien de salud; otros, no tanto. Hablamos de compañeros que han dejado el ministerio sacerdotal por diferentes razones. Compartimos con algunos, nuestras experiencias de vida en el ministerio sacerdotal en nuestras parroquias. Es un encuentro muy enriquecedor, porque, el intercambio de experiencias de vida sacerdotal nos anima a seguir adelante, a pesar de nuestras debilidades y flaquezas en el desempeño del ministerio.
De ahí la importancia de la vida fraternal sacerdotal, la cual no siempre es fácil, por la personalidad de cada uno. La fraternidad sacerdotal es un reto que hay que enfrentar con valentía y perseverancia. No es posible que un compañero sacerdote vea sufrir a otro y sea incapaz de ayudarle. Lo ideal es ser empáticos, es decir, ponerse en los zapatos del otro, y ver la vida desde el otro. Esto me hace transcribir el Decálogo del sacerdote en la vida fraternal, escrito por la Diócesis de Zipaquirá en Colombia:
Que Dios fortalezca a los sacerdotes ancianos y enfermos. Y a todos los demás, Dios nos conceda la gracia de seguir siendo felices, disfrutando cada día de vida sacerdotal que el Señor nos regale. Y ustedes, los laicos y laicas siempre oren por nosotros, para que la fraternidad sacerdotal sea una realidad.
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.