El término “padre” significa: origen, principio, cabeza de una descendencia, primera Persona de la Santísima Trinidad, autor de una obra; se usa también para referirse a los sacerdotes, (Cfr. Diccionario de la Real Academia). En el caso presente, quiero hacer referencia a aquellos hombres que con responsabilidad han engendrado uno o varios hijos, y están dando la cara por ellos.
Hay padres responsables e irresponsables. Los primeros son aquellos que, aun en medio de los problemas, se levantan todos los días para ir a trabajar y así tener lo necesario para alimentar a sus hijos. Los irresponsables son quienes engendran hijos y luego salen huyendo, porque tienen miedo a enfrentar las consecuencias de sus acciones. El verdadero padre es aquel que arriesga todo por el bien de sus hijos.
Un auténtico padre no es solo el que engendra, sino el que se convierte en amigo y confidente de sus hijos. Es capaz de dar la vida por ellos. Entonces, el Día del Padre es el día del padre amigo, consejero y compañero de camino de sus hijos e hijas. Es el día de quien ama sin medida, y está presente en los momentos feos y bellos de sus hijos.
No es un día para pelear y juzgar la vida de su padre. Como hombres de carne y hueso han cometido errores, y no se vale hacer leña de árbol caído. A usted no le compete ver la paja en el ojo de su papá. “Juzgar” a su padre le corresponde a Dios. Posiblemente su padre no fue ni es el mejor modelo a seguir, pero igual, es su papá, y por ende merece respeto.
Si su padre está vivo, llámelo, abrácelo, béselo y dígale lo mucho que lo quiere. Si por alguna razón hay ciertos disgustos con su padre, perdónelo y ámelo, respetando la vida que él libremente ha elegido para sí mismo. Una hija de verdad “ama” a su padre cuando le deja vivir en libertad y cuando ama a quien su padre ama. Ame a su querido viejo. Si no lo conoce, invoque a Dios una plegaria por su vida. Si ya está muerto, de igual manera rece, para que Dios lo tenga en su presencia. Si está vivo, llámelo ahora mismo, dele un abrazo y exprésele lo mucho que lo ama.
Recuerde que el amor se expresa en vida. De nada le sirve a un hijo o una hija darse golpes de pecho cuando su padre ya no está vivo. Los lamentos no tienen ningún sentido. Posiblemente tiene razones para estar molesto con él, por los errores que ha cometido, pero entiéndalo. Tristemente un padre hace daño por donde le hicieron daño. Lo esencial es que él trató de darle lo mejor que pudo. Pero de algo sí tiene que estar seguro: que el amor de papá nadie se lo dará. Solo Dios puede llenar ese espacio que su papá no pudo llenar con amor. Comprenda a su “viejo”.
En conclusión, un “padre” es aquel que se alegró cuando escuchó que había engendrado un hijo; aquel que cuando usted lloraba en la noche, se levantaba a hacerle su pacha o cambiarle de pañal. Padre es el que corrió y corre cada vez que uno de sus hijos está en peligro; es el que llora cuando usted llora, el que se alegra cuando usted triunfa, el que le regaña cuando desobedece; padre es aquel que amanece con ojeras porque se levantó varias veces durante la noche. El verdadero padre es quien ama sin medida. Usted como hijo o hija nunca se canse de amarlo. ¡Feliz Día del Padre!
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.