Las fiestas de independencia, luego de un receso obligatorio de casi dos años por la Pandemia del Covid-19, son un respiro para los guatemaltecos, especialmente para quienes tenemos la oportunidad de vivir en Quetzaltenango y celebrar Xelafer 2022 en su edición 138.
Hay algunos que no están de acuerdo en celebrar estas fiestas de Independencia, pero considero que es una oportunidad para distraerse, relajarse y tener un pequeño respiro emocional. Por más de dos años, sobre todo los niños y los jóvenes, han estado casi encerrados, y pienso que estas fiestas les ayudan a liberar un poco toda esa energía acumulada durante estos dos años. Incluso, es una oportunidad para que las familias salgan y liberen todo ese estrés acumulado por años.
En los municipios de Guatemala también se están realizando actividades propias de esta fecha, con desfiles, actos cívicos, antorchas, etc. que expresan la alegría de celebrar 201 años de Independencia. A pesar de que no somos un país netamente libre, puesto que nunca faltan los coartadores de la libertad, es un momento importante para expresar nuestro amor por Guatemala a través de estas actividades cívico-culturales.
Por otra parte, la economía necesita moverse; y Xelafer es una ocasión para que la economía se mueva. Esta es una celebración que beneficia a todos, a los grandes y a los pequeños empresarios; pero, sobre todo, mueve la economía informal. Hay miles de guatemaltecos que viven de sus pequeños negocios en las ferias, y la Feria de Xela, les permite respirar económicamente también.
Las fiestas patrias son un espacio para que los políticos, empresarios, académicos, campesinos y todos los habitantes de este país, reflexionemos sobre la responsabilidad que cada uno tiene de poner su granito de arena para construir una mejor Guatemala. La construcción de un mejor país es responsabilidad de todos. Ojalá los corruptos tomen conciencia de sus maniobras macabras para enriquecerse a costillas de los demás.
Los guatemaltecos merecemos vivir en un país menos corrupto. Merecemos recibir en educación, salud y buenas carreteras los impuestos que pagamos. Merecemos tener un trabajo digno y estable. Merecemos vivir en una Guatemala libre e independiente. Merecemos tener autoridades creíbles y coherentes entre lo que dicen y hacen.
Si cada guatemalteco actuara con honestidad y transparencia desde los puestos y o el trabajo que tiene, no estaríamos con tanta podredumbre en los Organismos del Estado y en otras instituciones públicas y privadas. En general, en Guatemala se profesa la religión cristiana, pero aún sigue siendo uno de los países más corruptos de América Latina.
Aprovechemos estas fiestas patrias para liberar un poquito el odio y el resentimiento acumulado de años, y así construir una verdadera civilización del amor en una sociedad con un buen porcentaje de hipocresía y falsedad. Elevemos a Dios una oración por Guatemala. Pero que sea una oración sincera y no hipócrita. No basta decir lo que dice el presidente: “Dios bendiga a Guatemala”, cuando sus hechos dicen otra cosa. Algunos políticos se llenan la boca hablando de Dios, pero sus obras dicen lo contrario. Los buenos cristianos y honrados ciudadanos (Don Bosco) dirijamos a Dios una oración por la paz y por la salud integral de este país. Elevemos una oración por la libertad de expresión y por una verdadera civilización del amor en nuestras comunidades rurales y urbanas. ¡Felices fiestas!
Dios es el motor principal de mi vida, me gustan los retos. Soy amigo de la verdad y enemigo de la hipocresía.