Recordar el proceso educativo, trae recuerdos y vivencias agradables y desagradables, fui de las estudiantes promedio, no es justificar, pero la escuela tradicional estaba sustentada en un aprendizaje de conceptualización y memorización, lo que representaba para mí un verdadero reto, mi estilo de aprendizaje es de carácter kinestésico y reflexivo. Definitivamente tengo que agradecer la paciencia de mi maestra quien me acompaño los seis años de primaria y que en algún momento de desesperación me brindó un par de coshcos, que por cierto no me zafaron los torillos de la cabeza.
Hoy se conocen las distintas formas de aprendizaje lo que ha dado lugar a que la escuela moderna utilice otro tipo de recursos didácticos, alejándose en una gran medida de los tradicionales; con una metodología constructivista mientras que la antigua era conductista; mala en el sentido que los libros y la maestra tenían la última palabra, alejando la posibilidad de que el estudiante aprendiera a pensar.
Extraño de la escuela tradicional el enfoque conductual. El respeto al proceso educativo muy elevado; en esos tiempos jamás cruzo por mi mente llegar a clase sin una tarea asignada porque mamá hacía hincapié de la responsabilidad, así que no existía la opción de prórroga de entrega de trabajos, mucho menos la opción de negociar con la maestra para recibirlos fuera del tiempo, no utilizábamos vocabulario inapropiado, la prestación personal era exigente, el amor y consideración hacia padres y maestros era evidente. Hoy estamos sumergidos en una atmósfera y generación de cristal que afronta un mundo de hierro, eduquemos con amor trayendo valores, aunque esto signifique ser tradicionales.