Hoy, al levantarme como normalmente suelo hacerlo, contemple el cielo y lo visualicé bastante nublado, pensé: ¡hoy no será un día despejado ni caluroso, ¡lo cual no significa que el sol no saldrá o que el sol no exista más, simplemente es un día diferente el que recibo con mucha gratitud, porque tengo vida, la posibilidad de sentir, respirar y de disfrutarlo!
En nuestro diario vivir y constantemente se presentan diferentes escenarios, algunos de ellos nos hacen sentir que las circunstancias puedes ser muy favorables a nuestro parecer, pero también hay otros que están llenos de dificultades y que nos hacen sentir y pensar en lo desfavorable, cualquiera que sea el escenario donde nos encontremos, este nos permitirá descubrir la grandeza de nuestro Espíritu, la capacidad física que poseemos y comprobar la madurez emocional para actuar, porque al final todo es para bien y es una realidad.
El problema es que vivimos inmersos en una sociedad un tanto negativa y fatalista en la que a veces destaca todas aquellas cosas contrarias o negativas, dejando, por un lado, todas aquellas buenas y positivas que tenemos a favor.
Escuché la frase de Antonelle France que dice así: “Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia”, bonita frase que nos hace reflexionar y que seguramente nos ayudará a sobrellevar de manera inteligente cualquier situación que estemos experimentando, es necesario enfocarnos en todas aquellas cosas que nos brindan alegría para ir resolviendo de a poco los problemas, seguramente en muchos casos no sea fácil, pero será más sencillo. Porque al final de eso se trata la vida, alivianar nuestros pasos en este caminar.
Bendecida semana para todos y por favor ¡Exageremos lo bueno!