La magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos es una definición muy sencilla del tiempo; nadie lo reconoce como un privilegio o un regalo cuando en realidad lo es, eso se debe a que no le tenemos la apreciación debida, asumimos que tenemos suficiente tiempo, cuando la realidad es algo impredecible.
Estuve asimilando esta frase tan bonita e inspiradora: “Cada día, nuestro tiempo vale más, porque cada vez, nos queda menos “, créditos para el autor, quizá sea una frase relevante para mí que no estoy en mis quince primaveras, pero es una verdad, no que debamos alterarnos por ello, al contrario, vivir conscientes de que un día más es un día menos de nuestro tránsito por la vida. Y es por eso que debemos aprovechar cada minuto que se nos otorga para hacer lo que de verdad deseamos y lo que nos ha sido encomendado.
¿Puede usted imaginar el momento en que Roberto Cantoral escribió aquellas hermosas palabras, en las que prácticamente suplicaba que el tiempo se detuviera y así conservar a su amada… Reloj no marques las horas? ¿Lindo verdad? Roberto se inspiró en una vivencia propia cuando recibió la dolorosa noticia sobre el estado de salud de su esposa cuyo pronóstico no era positivo. Postergamos cosas, situaciones, sentimientos, acciones, creyéndonos dueños y señores del tiempo, cada instante de nuestra vida cuenta; el punto es entender, ¿cómo estamos viviendo y que estamos haciendo de este don tan maravilloso?, si hoy lo tenemos aprovechémoslo al máximo por que quien sabe si mañana contemos con él.